Redacción Ciencia, 5 jun (EFE).- Los hongos del suelo almacenan un tercio de las emisiones mundiales de dióxido de carbono (CO2) procedentes de la quema de combustibles fósiles, un hallazgo que revela que estos organismos son clave para neutralizar los gases causantes del cambio climático y alcanzar el ansiado balance cero neto.
El objetivo cero neto de Naciones Unidas supone recortar las emisiones de gases de efecto invernadero hasta dejarlas lo más cerca posible de emisiones nulas y que el resto sean reabsorbidas por el océano y los bosques.
El estudio fue liderado por científicos de la Universidad de Sheffield, Inglaterra, y publicado en la revista Current Biology. Afirma que los hongos micorrícicos (los que forman asociaciones simbióticas con las plantas) retienen bajo tierra hasta el 36 % de las emisiones globales de combustibles fósiles. Esto representaría unas 13 gigatoneladas, más de lo que emite China en un año.
Cuatro de cada cinco especies de plantas con flores tercerizan la absorción de buena parte de sus nutrientes en manos de hongos micorrícicos arbusculares. Es una relación de 450 millones de años. Las plantas destinan 4-20% del carbono que asimilan a estos hongos. pic.twitter.com/hSYaWXNHu6
— Martin Oesterheld (@MartinOesterhel) August 26, 2022
Una vasta red subterránea y global
Desde hace al menos 450 millones de años, los hongos forman vastas redes subterráneas en praderas, bosques, carreteras, jardines o casas y desempeñan un papel crucial no solo a la hora de almacenar carbono y mantener el planeta más frío, sino también para la biodiversidad.
Hasta ahora, se sabía que, gracias a sus relaciones simbióticas con casi todas las plantas, los hongos podían almacenar carbono, pero no se sabía cuánto.
Tras publicar los datos del estudio, los autores han pedido a los responsables políticos que tengan en cuenta el valor de estos organismos en las políticas y acciones de conservación y protección de la biodiversidad.
Las plantas verdes suelen establecer mutualismos con hongos micorrícicos (ellas aportan energía, ellos nutrientes del suelo). Las que no fotosintetizan, como esta Oxygine y muchas orquídeas, usan a las micorrizas por su aporte de carbono, energía y nutrientes a cambio de nada. pic.twitter.com/bsEW9ZD7ZZ
— Martin Oesterheld (@MartinOesterhel) July 1, 2022
Degradación del suelo
La ONU calcula que al ritmo actual el 90 % de los suelos podrían estar degradados en 2050. De cumplirse, sería algo catastrófico no solo para frenar el cambio climático y la subida de las temperaturas, sino también para la productividad de los cultivos y las plantas.
Los hongos micorrícicos son un punto ciego en la modelización, conservación y restauración del carbono, pero las cifras que hemos descubierto son asombrosas.
Los ecosistemas del suelo están siendo destruidos a un ritmo alarmante por la agricultura, el desarrollo y otras industrias, pero los efectos más amplios de la alteración de las comunidades del suelo son poco conocidos. Al hacerlo saboteamos nuestros esfuerzos por limitar el calentamiento global y socavamos los ecosistemas de los que dependemos, explica Katie Field, catedrática de Procesos Planta-Suelo en la Universidad de Sheffield y coautora del estudio.
Asimismo, subrayó que hay que hacer más para proteger estas redes subterráneas.
Sabíamos que eran esenciales para la biodiversidad, pero ahora tenemos pruebas de que son cruciales para la salud de nuestro planeta.
Ahora, los investigadores están estudiando durante cuánto tiempo almacenan el carbono los hongos del suelo, además de seguir analizando el papel que desempeñan los hongos en los ecosistemas de la Tierra.
Para Toby Kiers, autor principal de la Universidad Vrije de Ámsterdam y cofundador de la Sociedad para la Protección de las Redes Subterráneas, este estudio forma parte de un esfuerzo mundial por comprender el papel que desempeñan los hongos en los ecosistemas de la Tierra.
Los hongos micorrícicos se encuentran en la base de las redes tróficas que sustentan gran parte de la vida en la Tierra, pero apenas estamos empezando a comprender cómo funcionan realmente. Nos queda mucho por aprender, advierte.
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dc/dm