Goiás, Brasil, 7 abr (EFE).- La centenaria Procesión de las almas, la peregrinación al Santuario de Nuestra Señora de Aparecida y la devoción católica en varias ciudades del país marcaron el inicio del Viernes Santo en Brasil, el país con más católicos en el mundo.
En Goiás, ciudad del estado homónimo, los primeros minutos del Viernes Santo dieron secuencia al segundo día de la procesión del Fogaréu, traída por el sacerdote español José Perestrelo de Vasconcelos Spíndiola en 1745.
La segunda procesión contó con menos público que la primera, en la madrugada del Jueves Santo. Sin embargo, a pesar de un número menor de fieles y sin los farricocos, como se conocen a los encapuchados descalzos del primer día, la celebración despertó devoción y religiosidad.
Sobre la procesión
El segundo día del Fogaréu es conocido como Procesión de las almas, en un ritual en homenaje a las personas fallecidas.
La procesión del Fogáreu, que se realiza desde hace 278 años, incorporó años después, para las primeras horas del Viernes Santo, la de las almas, que diferente de comenzar y finalizar en la iglesia de Nuestra Señora de la Buena Muerte lo hace en el cementerio municipal.
En la Procesión de las almas las centenas de feligreses caminan hasta el cementerio detrás de 15 personas con túnicas blancas, sin las capuchas puntiagudas y antorchas de los farricocos del día anterior, que portan cirios en homenaje a las almas penitentes.
Las primeras horas del Viernes Santo fueron marcadas también por las peregrinaciones hasta los santuarios localizados por todo el país. Entre ellos, el de Nuestra Señora de Aparecida, en Aparecida do Norte, a 181 kilómetros de Sao Paulo.
El mayor santuario mariano de Suramérica y de la patrona católica de Brasil recibe durante toda la Semana Santa la visita de unas 250 mil personas.
Autobuses, automóviles, motocicletas y centenas de personas en bicicleta o a pie se desplazaron durante varios kilómetros por la Vía Dutra, la autopista que une a Sao Paulo y Río de Janeiro para visitar el santuario en Aparecida.
Asistencia de fieles
En Salvador, capital de Bahía y epicentro del sincretismo entre las religiones africanas y la católica, el Viernes Santo comenzó con una nutrida presencia de fieles en los históricos y centenarios templos de la ciudad.
De igual manera, en el estado de Minas Gerais, la colonial ciudad de Ouro Preto, famosa por los tapetes con flores que adornan sus calles desde el Domingo de Ramos, también concitó un gran número de turistas religiosos de otras regiones y del exterior.
En la región noreste, en tanto, se destaca la Semana Santa en vivo en Nova Jerusalém, una réplica de la Palestina antigua en 100 mil metros cuadrados que constituyen el mayor teatro abierto del mundo. Este se localiza en la ciudad de Brejo Mãe de Deus, en Pernambuco.
Unas 60 mil personas, la mayoría este Viernes Santo, son esperadas durante toda la semana para el espectáculo teatral de la Pasión de Cristo. Este se celebra desde hace casi seis décadas con 450 actores.
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