Redacción Ciencia, 14 jun (EFE).- Una nueva investigación identificó más de mil genes relacionados con el desarrollo de la infección grave por COVID-19 y que afectan especialmente a la función de un determinado tipo de glóbulos blancos.
La principal conclusión de un estudio se publicó en la revista Cell Systems. El estudio lo efectuaron científicos de las universidades de Sheffield (Gran Bretaña) y de Stanford (Estados Unidos), quienes utilizaron, entre otras, herramientas de aprendizaje automático.
Los mil genes que descubrieron representan el 75 % de los impulsores genéticos del COVID-19 grave, dijo Johnathan Cooper-Knock, uno de los investigadores.
Cooper-Knock, quien es coautor del estudio, trabaja en el departamento de Neurociencia de la Universidad de Sheffield.
Esto es significativo para entender por qué algunas personas han tenido síntomas más graves que otras, enfatiza el científico en un comunicado.
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— Cell Press (@CellPressNews) June 13, 2022
El proceso
El equipo utilizó varios conjuntos de datos de gran tamaño para desentrañar la genética que hay detrás de la gravedad de la enfermedad.
Asimismo, el primer conjunto de datos contenía información genética de tejido pulmonar humano sano y los datos ayudaron a identificar la expresión genética en 19 tipos diferentes de células pulmonares.
Entre estas había células epiteliales que recubren las vías respiratorias y son la primera defensa contra las infecciones.
Además, otros datos procedían de uno de los mayores estudios genéticos de pacientes con coronavirus en estado crítico.
También se buscaron pistas genéticas -mutaciones del ADN- que pudieran indicar si alguien tiene un mayor riesgo de padecer COVID-19 grave. Para ello se analizó si algunas mutaciones aparecían con mayor o menor frecuencia en los pacientes con enfermedad severa.
Sin embargo, las mutaciones genéticas por sí solas pueden ser difíciles de interpretar. Por ello, el equipo utilizó otros datos que describen qué regiones del genoma son importantes para los distintos tipos de células del tejido pulmonar.
Los investigadores pudieron determinar qué genes funcionaban mal y en qué tipos de células.
Células NK y T
Por esa razón, constataron que el COVID-19 grave se socia en gran medida a una respuesta debilitada de dos células inmunitarias bien conocidas: Las células asesinas naturales (NK, en inglés) y las células T.
Las NK son con las que nacen los humanos y constituyen la primera línea de defensa del organismo contra las infecciones, señaló Cooper-Knock.
Además, a estas células se les conoce por su capacidad para destruir virus y células cancerosas, resaltó.
Son como los generales que dirigen la guerra, ya que movilizan a otras células inmunitarias, indicándoles dónde ir y qué hacer. Descubrimos que, en las personas con una infección grave por coronavirus, los genes críticos de las células NK se expresan menos, por lo que hay una respuesta inmunitaria menos robusta. La célula no hace lo que se supone que debe hacer, explicó.
Aparte, Michael Snyder, de Stanford, indicó que los hallazgos sientan las bases de una prueba genética que pueda predecir quiénes tienen un mayor riesgo de padecer COVID-19 grave.
Imaginemos que hay mil cambios en el ADN relacionados con el COVID-19 grave. Si tienes 585 de estos cambios, eso te haría bastante susceptible y querrías tomar todas las precauciones necesarias, dijo Snyder.
No es el primer estudio que vincula las NK y el COVID-19 grave. Ya se han propuesto fármacos para reactivar estas células en algunos cánceres y se están realizando ensayos para casos graves de COVID-19, concluyó.
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