Ciudad del Vaticano, 18 feb (EFE).- El papa Francisco firmó el decreto en el que se declaran las virtudes heroicas de la monja brasileña Benigna de Dios Víctima de Jesús, fallecida en 1981, y lo que significa el primera paso en el proceso de beatificación.
Francisco firmó este decreto tras mantener este viernes una audiencia con el cardenal Marcello Semeraro, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos.
La religiosa cuyo nombre era María Conceição Santos (Benigna de Dios) nació el 16 de agosto de 1907 en Diamantina (Minas Gerais, Brasil), en el seno de una familia cristiana.
En 1934 ingresó en la Congregación de las Hermanas Auxiliadoras de Nuestra Señora de la Piedad. El 19 de marzo de 1936 hizo su primera profesión de votos religiosos y el 6 de enero de 1941 la perpetua.
En 1943 fue nombrada superiora de la Santa Casa Manuel Gonçalves de Itaúna, donde dedicó mucho tiempo a la oración, la asistencia a los enfermos y la catequesis.
La madre general, con el objetivo de alejarla del pueblo por prejuicios raciales, ya que era de origen mestizo, la hizo trasladar en 1963 a Caeté en el Instituto São Luís, asignándola siempre a los servicios domésticos.
El amor a Dios y al prójimo es el pasaporte para el cielo. Los bienes terrenos son polvo que se desvanece, pero el amor que damos —en la familia, en el trabajo, en la Iglesia, en el mundo— nos salvará, permanecerá para siempre.
— Papa Francisco (@Pontifex_es) February 18, 2022
Aquí permaneció hasta 1966, cuando la llamaron a Lavras para reconstruir el orfanato. De 1979 a 1981, la venerable sierva de Dios se dedicó a la construcción de un claustro para las monjas y una capilla para los ancianos, según la biografía en la página web de la Congregación para la Causa de los Santos.
Su salud se deterioró radicalmente y fue ingresada en el hospital de Belo Horizonte (Brasil), donde falleció el 16 de octubre de 1981.
El camino hacia la santidad tiene varias etapas: la primera es ser declarado venerable siervo de Dios, la segunda beato y la tercera santo.
Venerable siervo de Dios es el título que se da a una persona muerta a la que se reconoce haber vivido las virtudes de manera heroica.
Para que un venerable sea beatificado es necesario que se haya producido un milagro debido a su intercesión, como este caso, y para que sea canonizado, hecho santo, se precisa un segundo milagro obrado por intercesión después de ser proclamado beato.
Lea también:
El Papa nombra a la nueva secretaria de la Comisión para América Latina
fm/dm