Ciudad de Guatemala, 3 MAR (AGN).- Guatemala es un país pequeño en territorio, pero grande en talento. A lo largo de su historia, ha visto surgir figuras que trascienden fronteras y desafían los límites en distintos ámbitos. Una de ellas es Gaby Martínez, una atleta que no solo ha construido su propio camino en el deporte, sino que también ha sido clave en la popularización del ráquetbol en el país.
Con más de 15 años en el alto rendimiento y un palmarés envidiable, Martínez mantiene la misma pasión que la impulsó desde el primer día. Para ella, el éxito no solo se mide en medallas, sino en la capacidad de superar desafíos y abrir puertas para futuras generaciones.
Lo que me ha llevado a ser la mujer que soy hoy es mi resiliencia, el buscar siempre soluciones y adaptarme a las circunstancias. No me gustan las excusas y creo que eso me ha impulsado a seguir luchando por todo lo que quiero.
Las mujeres, referentes en todos los ámbitos
Desde figuras icónicas como Gaby Moreno, Adriana Ruano y Rigoberta Menchú, Guatemala ha sido testigo del impacto de mujeres que han alcanzado logros extraordinarios, demostrando que el talento no tiene género.
En el deporte, como en muchas otras áreas de la vida, las mujeres somos referentes. Lo importante es entender que el talento no pertenece a un género, sino a las personas, a nosotros como guatemaltecos.
Aunque su carrera deportiva ha estado llena de triunfos, Martínez reconoce que su papel va más allá de la cancha. Sabe que las mujeres en el deporte son inspiración para las generaciones futuras y que su ejemplo puede motivar a muchas niñas a soñar en grande.
Nuestro rol es ser referentes. Si hoy estas niñas sueñan con ser campeonas mundiales u olímpicas, es porque ya lo ven como algo tangible. Nuestro deber es demostrarles que sus sueños pueden hacerse realidad.
Con este mensaje, Gaby busca alentar a todas las niñas y mujeres que comienzan su camino en el deporte, recordándoles que el éxito es posible con esfuerzo y determinación.
A las mujeres les digo: sueñen en grande, no solo en el deporte, sino en lo que les apasiona. Cuando haces lo que te gusta, todo lo demás llega con más facilidad. Representen con orgullo a ustedes mismas, a sus familias y a nuestro país. La clave está en la organización, en saber priorizar y rodearse de personas que las inspiren y guíen.
El deporte, un estilo de vida
Desde muy pequeña, Gaby era una niña llena de energía. Su madre, amante del deporte, decidió canalizar esa energía en distintas disciplinas, inculcándole valores que más adelante marcarían su vida.
Antes de cumplir un año ya estaba nadando. Mi mamá vio que tenía mucha energía y pensó que el deporte sería una buena manera de ayudarme a desarrollar habilidades que me servirían en la vida.
Como muchos niños, probó distintos deportes, desde natación hasta fútbol, pero fue el ráquetbol el que conquistó su corazón.
Desde la primera vez que tomé una raqueta y golpeé la pelota contra la pared, sentí una conexión especial. Llevo 17 años jugando ráquetbol, ha sido prácticamente toda mi vida y ha sido fundamental en la mujer que soy hoy.
Sin embargo, su camino no ha sido fácil. En sus inicios, el ráquetbol no era un deporte popular en Guatemala y las instalaciones eran limitadas. Aun así, su esfuerzo y dedicación han sido fundamentales para cambiar esa realidad.
Cuando empecé, este deporte no era muy conocido. No teníamos las instalaciones de ahora ni tantas personas practicándolo. Por eso, ver los resultados que he obtenido y cómo el ráquetbol ha impactado la vida de muchas niñas es una satisfacción enorme. Se ha convertido en una oportunidad para que muchas jóvenes se desarrollen no solo como atletas, sino también como personas.
La historia de Gaby Martínez es un testimonio de lucha, perseverancia y pasión. Su legado no solo se mide en trofeos, sino en el impacto que ha tenido en el deporte y en las futuras generaciones de atletas guatemaltecas. Su mensaje es claro: los sueños son alcanzables si se lucha por ellos.
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