Ciudad de Guatemala, 7 feb. (AGN).- El Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap) compartió una buena noticia sobre la conservación de biodiversidad marina en el país: después de cuatro años, vuelven a registrar el nacimiento de tortugas baule en las playas guatemaltecas.
Las tortugas baule o laúd (Dermochelys coriacea) liberadas este jueves y viernes emergieron de la arena negra de la playa de Tulate, en San Andrés Villa Seca, Retalhuleu. Para su resguardo, los huevos estuvieron sembrados en el tortugario comunitario de La Barrona.
Según el Conap, una tortuga anidó en esta playa y depositó 84 huevos. Luego de dos meses y medio, 26 eclosionaron el jueves y 40 el viernes, los 16 restantes no reventaron, por lo que hubo un éxito del 80 % en el nido.
El nacimiento de estas tortugas baule representa esperanza para la conservación de esta especie en Guatemala, ya que cuando crezcan, luego de la temporada de apareamiento, las hembras que busquen depositar sus huevos seguirán el ejemplo de su progenitora, por instinto, volverán a la playa en que nacieron y excavarán un espacio para crear un nido de arena caliente que les permita a sus futuras crías desarrollarse. Y así, repetir el ciclo de la naturaleza que las mantiene vivas.
Previo al nacimiento de estas crías, el último registro del Conap de tortugas baule data de enero del 2021, de un nido del que eclosionaron 65 tortugas en el Tortugario Tahuexco de El Rosario, en Mazatenango, Suchitepéquez. En años anteriores también se encontraron nidos de tortuga baule, mas no tuvieron éxito. Principalmente, por el cambio climático, la temperatura y efectos adicionales no establecidos aún.
Sobre las tortugas baule
Las tortugas baule no tienen caparazón duro, sino disponen de una piel gruesa. De esta característica proviene su nombre en inglés, leatherback.
La huella de estas tortugas es inconfundible, señala el Conap, ya que tienen entre 150 y 230 centímetros de ancho, esto debido a que es la tortuga marina más grande. Su longitud promedio alcanza un metro 48.7 centímetros en el Pacífico y un metro con 52 centímetros en las poblaciones del Caribe. No obstante, los machos pueden llegar a medir hasta dos metros y medio de largo y pesar mil kilogramos.
El período de anidación ocurre entre noviembre y enero. Sin embargo, suele poner una cantidad de huevos más pequeños e infértiles (hueros). Los huevos eclosionan en un período de incubación entre los 50 y 70 días.
Su caparazón de piel gruesa tiene manchas blancas y algunas rosadas, y una mancha rosada sobre la cabeza.
Colaboración para la conservación
La tortuga baule aparece en el Índice 2 de la Lista de Especies Amenazadas del Conap y en el Apéndice 2 de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).
Para cumplir con los objetivos de conservación de la especie, el Conap trabaja con tortugarios registrados. En estos, los comunitarios que encuentren nidos deben entregar los huevos.
Mientras con los huevos de tortuga parlama, los comunitarios deben entregar una cuota, en el caso de los nidos de tortugas baule deben entregar todos los huevos.
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dc/dm