Ciudad de Guatemala, 21 feb. (AGN).- El cáncer infantil es una de las principales causas de mortalidad en niños y adolescentes, el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) destaca que un diagnóstico oportuno puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Identificar factores de riesgo y conocer los signos de alerta es fundamental para un tratamiento eficaz.
El cáncer infantil no es una sola enfermedad, sino un grupo de padecimientos que afectan a menores de 18 años. A diferencia del cáncer en adultos, los casos pediátricos suelen estar relacionados con alteraciones genéticas y no con factores ambientales o hábitos de vida. Entre los tipos más comunes se encuentran la leucemia, los tumores cerebrales y los linfomas.
El cáncer puede afectar a niños de cualquier edad, incluso desde el nacimiento. Algunos tipos, como el neuroblastoma, suelen diagnosticarse en bebés y niños pequeños, mientras que la leucemia es más común en menores de entre 2 y 5 años.
No hay una edad específica en la que el riesgo sea mayor, por lo que la vigilancia debe ser constante durante la infancia y la adolescencia.
🎗️La detección temprana del cáncer infantil puede marcar la diferencia. Monitorear antecedentes familiares y facilitar el acceso a pruebas de diagnóstico son pasos clave para un tratamiento oportuno.
Cada acción cuenta para proteger su salud.#NiñezSinCáncer pic.twitter.com/9Yb7fj6vIV
— Ministerio de Salud Pública (@MinSaludGuate) February 20, 2025
La relevancia de los antecedentes familiares
Tener familiares directos que han padecido algún tipo de cáncer puede aumentar la probabilidad de que un niño desarrolle la enfermedad. Aunque la mayoría de los casos infantiles no son hereditarios, existen síndromes genéticos que predisponen a ciertos tumores. Por ello, es esencial que los padres informen al pediatra sobre cualquier historial de cáncer en la familia para evaluar la necesidad de pruebas adicionales.
Uno de los principales retos en la lucha contra el cáncer infantil es garantizar que todos los niños tengan acceso a exámenes médicos cuando existen sospechas.
Las pruebas de laboratorio, estudios de imagen como tomografías y resonancias magnéticas, así como biopsias, pueden ayudar a detectar la enfermedad en sus primeras etapas. La falta de acceso a estos procedimientos puede retrasar el tratamiento y afectar las posibilidades de recuperación.
Signos de alerta a los que hay que prestar atención
El cáncer infantil no siempre presenta síntomas evidentes, pero hay señales que pueden indicar su presencia. Entre los signos más comunes se encuentran:
- pérdida de peso inexplicable
- fiebre persistente sin causa aparente
- moretones o sangrados frecuentes
- dolor de huesos o articulaciones
- fatiga extrema
- inflamación de ganglios linfáticos
- cambios en la visión o fuertes dolores de cabeza
Ante cualquiera de estos síntomas, es fundamental acudir al médico para una evaluación completa.
La detección temprana del cáncer infantil salva vidas. Con un diagnóstico oportuno y tratamiento adecuado, muchos niños pueden superar la enfermedad.
Es imprescindible que los padres y cuidadores estén informados, que los sistemas de salud faciliten el acceso a pruebas de detección y que se promueva la investigación para mejorar los tratamientos.
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