Redacción Ciencia, 2 dic (EFE).- Un fósil que lleva desde los años 50 en el Museo de Historia Natural de Londres ha demostrado que los lagartos modernos se originaron hace 35 millones de años, en el Triásico tardío y no en el Jurásico medio como se pensaba.
El fósil se había encontrado, junto con otros en una cantera en Gloucestershire, al suroeste de Inglaterra, en la década de los 50. En ese entonces no existía la tecnología necesaria para exponer sus rasgos contemporáneos.
El jefe del equipo que ha procedido ahora a estudiar sus características, David Whiteside, de la Escuela de Ciencias de la Tierra de Bristol, Reino Unido, recuerda que la primera vez que lo vio fue en un armario lleno de fósiles de Clevosaurus.
Nuestro espécimen estaba simplemente etiquetado como ‘Clevosaurus y otro reptil’. A medida que íbamos investigándolo, nos convencíamos cada vez más de que en realidad estaba más emparentado con los lagartos actuales que con el grupo Tuatara, indicó.
El fósil es un pariente de los lagartos vivos, como los lagartos monitor o los monstruos de gila. Al tratarse de uno de tipo moderno, repercute en todas las estimaciones sobre el origen de estos y las serpientes, denominados conjuntamente Squamata.
Además, afecta a las suposiciones sobre sus ritmos de evolución, e incluso al desencadenante clave del origen del grupo, señalaron los autores del estudio que publica Science Advances.
Se trata de un fósil muy especial y probablemente se convierta en uno de los más importantes encontrados en las últimas décadas, dijo Whiteside.
El ejemplar ha sido bautizado como Cryptovaranoides microlanius (pequeño carnicero), en homenaje a sus mandíbulas, llenas de dientes afilados.
#InternacionalesAGN │ Órgano tridimensional se halló dentro de un pez placodermo prehistórico extinto junto a su estómago, hígado e intestino.https://t.co/pGshFwVoQy
— AGN (@AGN_noticias) September 17, 2022
El estudio
El equipo realizó escaneos de rayos X para reconstruir el fósil en tres dimensiones y ver todos los pequeños huesos que estaban escondidos dentro de la roca donde se encuentra.
Cryptovaranoides es claramente un escamoso y solo hay una característica primitiva importante que no se encuentra en sus parientes modernos. Se trata de una abertura en un lado del extremo del hueso superior del húmero, por donde pasan una arteria y un nervio, se informó.
En términos de importancia, nuestro fósil desplaza el origen y la diversificación de los escamosos desde el Jurásico Medio hasta el Triásico Tardío, afirmó Mike Benton, coautor del estudio.
Agregó que aquella fue una época de gran reestructuración de los ecosistemas terrestres, tras la extinción masiva de finales del Pérmico, hace 252 millones de años.
En ese momento surgieron nuevos grupos de plantas, especialmente las coníferas de tipo moderno; también nuevas clases de insectos y algunos de los primeros grupos modernos como las tortugas, cocodrilos, dinosaurios y mamíferos.
El Cryptovaranoides microlanius probablemente vivía en grietas de la piedra caliza en pequeñas islas que existían alrededor de Bristol en aquella época. Se cree que se alimentaba de artrópodos y pequeños vertebrados.
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kg/ir