Redacción Ciencia, 16 dic (EFE).- Las extinciones en cascada de especies son inevitables. Un nuevo estudio, basado en modelos, señala que la Tierra perderá una media de hasta el 10 % de sus animales y plantas para 2050 debido al uso del suelo y el cambio climático.
Esa pérdida media de biodiversidad podría llegar hasta el 27 % en 2100, según señala el trabajo que publicó Science Advances, en el que han colaborado científicos europeos y australianos.
El estudio se centra en las extinciones en cascada o coextinción. Cuando una especie se pierde directamente por una perturbación (extinción primaria), puede haber otra que sea depredadora de la primera que también desaparecerá porque se queda sin alimento.
Creación de herramienta
Los autores advierten de que los planteamientos considerados hasta ahora para evaluar las trayectorias de extinción durante el próximo siglo se han visto obstaculizados por no incorporar las coextinciones.
Así desarrollaron una nueva herramienta para modelizar la pérdida interconectada de especies usando los superordenadores más potentes de Europa, con el objetivo de predecir el destino conectado de especies que probablemente desaparecerán por los estragos del cambio climático y del uso del suelo.
La herramienta presenta una sombría predicción del futuro de la diversidad global, confirmando que el mundo se encuentra inmerso en su sexto evento de extinción masiva, según la Universidad de Flinders.
El equipo creó una gran tierra virtual de redes de especies interconectadas, vinculadas por quién come a quién, y luego aplicaron cambios climáticos y de uso del suelo al sistema para lograr proyecciones de futuro.
Las especies virtuales también podrían volver a colonizar nuevas regiones al cambiar el clima, adaptarse en cierta medida a las condiciones cambiantes, extinguirse directamente a causa del cambio global o ser víctimas de una cascada de extinciones.
De esta forma, pudieron evaluar la adaptación a distintos escenarios climáticos y relacionarla con otros factores para predecir un patrón de coextinciones.
Este estudio es único porque también tiene en cuenta el efecto secundario sobre la biodiversidad, estimando el efecto de la extinción de especies en las redes alimentarias locales más allá de los efectos directos.
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