Pekín, 24 sep (EFE).- Taiwán elevó este miércoles a 14 el número de fallecidos y a 124 los desaparecidos por las inundaciones registradas en Hualien tras el paso del supertifón Ragasa, mientras Hong Kong amaneció paralizada por vientos huracanados y el sureste de China se prepara para el impacto con medidas de emergencia y suspensión de actividades.
En Taiwán, el desbordamiento de un lago natural en el cauce del arroyo Matai’an anegó el municipio de Guangfu entre las 14:50 y las 16:30 hora local (06:50-08:30 GMT) del martes, después de que cediera la presa natural formada por sedimentos.
Según el Comando Central de Operaciones de Emergencia (CEOC), todos los desaparecidos cuentan con dirección registrada y equipos de bomberos, militares y rescatistas realizan verificaciones puerta por puerta para localizarlos a lo largo del día.
La acumulación de fango dificulta la entrada de vehículos, según el Centro, por lo que se ha reforzado el despliegue de policías y militares sobre el terreno.
El cuerpo de bomberos indicó que la mayoría de las 14 víctimas mortales eran ancianos que residían en plantas bajas.
Gobierno pide investigar causas de inundaciones
El Gobierno taiwanés llamó a investigar las inundaciones en Hualien, donde las fuertes precipitaciones atribuidas al supertifón Ragasa provocaron el desbordamiento de un lago natural en la víspera.
En declaraciones recogidas por medios locales, el primer ministro isleño, Cho Jung-tai, subrayó desde el lugar del suceso que lo más urgente ahora es restablecer contacto con las personas que siguen desaparecidas en Guangfu, el municipio más afectado por las inundaciones.
El funcionario también aseguró que debe esclarecerse por qué las órdenes de evacuación no se cumplieron plenamente, y recalcó que el Gobierno central llevaba monitoreando el lago desde el pasado 26 de julio.
Sin embargo, en esta ocasión la evacuación claramente no se ejecutó por completo. No se trata de buscar culpables, sino de entender las razones, afirmó Cho, según la agencia de noticias CNA.
El primer ministro prometió que el Ejecutivo prestará la asistencia necesaria a las víctimas y brindará apoyo integral a la población y a los sectores productivos, y agregó que el presidente, William Lai, había ordenado a las fuerzas armadas entrar en la zona para colaborar en las labores de rescate.
Cerca de 70 millones de toneladas de agua desbordada
Según las autoridades locales, el desbordamiento del lago se produjo entre las 14:50 y 16:30 horas (06:50 y 08:30 GMT) del martes, cuando la presa natural del afluente del arroyo Matai’an cedió y liberó un gran caudal de agua cargada de lodo y escombros.
La riada destruyó el puente sobre el arroyo e inundó rápidamente el centro urbano de Guangfu, donde varias calles quedaron sumergidas hasta el nivel de los tejados en algunas zonas.
Imágenes difundidas por medios locales mostraron a residentes encaramándose a tejados y vehículos para esperar auxilio mientras el agua cubría amplias áreas del municipio.
Horas antes, el CEOC advertió en una reunión que el lago natural del arroyo podría desbordarse, lo que llevó a ordenar evacuaciones, limpiar el cauce y reforzar la vigilancia.
En una rueda de prensa recogida por CNA, funcionarios de la Agencia de Conservación de Suelos explicaron este miércoles que la presa del lago podía almacenar alrededor de 91 millones de toneladas de agua y que, tras el desbordamiento de ayer, el volumen de agua había descendido a unos 23 millones de toneladas.
Según cifras del CEOC, sólo en el municipio de Guangfu se registraron 14 muertos y 32 heridos por el desbordamiento del lago, mientras que 152 personas continúan desaparecidas.
Hong Kong, paralizada
Ragasa, considerado el ciclón tropical más intenso de este año a nivel global, se desplaza este miércoles sobre Hong Kong tras azotar desde la madrugada la excolonia con vientos de hasta 200 km/h y lluvias torrenciales, paralizando la urbe, provocando inundaciones y activando la máxima alerta meteorológica.
La Oficina Meteorológica local elevó la señal de tifón al nivel 10, el máximo, con suspensión de actividades comerciales, transportes públicos y servicios no esenciales, e instó a la población a permanecer en sus hogares.
En la víspera, los supermercados quedaron desabastecidos por compras masivas. Hasta el mediodía local del miércoles se registraron 56 heridos, entre ellos una mujer y su hijo de cinco años arrastrados el martes por el mar y hospitalizados en estado grave.
El Gobierno hongkonés habilitó 49 refugios que acogieron a 791 personas.
El sureste de China extrema medidas
En la mañana local del miércoles, el centro del tifón se situaba al sureste de la localidad suroriental china de Yangjiang, con vientos máximos sostenidos de 55 metros por segundo, desplazándose hacia el noroeste a unos 20 km/h y perdiendo fuerza a medida que avanza, según las autoridades meteorológicas del gigante asiático.
De acuerdo con los pronósticos, Ragasa tocará tierra entre la tarde y la noche de este miércoles entre las localidades de Taishan y Zhanjiang.
En la ciudad de Cantón, con unos 18 millones de habitantes, las autoridades señalaron la mañana del martes como el tramo de mayor intensidad de viento y lluvia y mantienen niveles elevados de alerta, con ráfagas de hasta 41 metros por segundo.
El Gobierno municipal de Cantón aplica los conocidos como ‘cinco paros’: suspensión de clases, trabajo, producción, transporte y actividad comercial, con servicios esenciales operativos y 1 mil 570 refugios habilitados.
La provincia homónima de Cantón, de unos 127 millones de habitantes y la más afectada por la tormenta, mantiene la alerta naranja por tifón y la roja por marejada ciclónica.
Esta semana, la ciudad de Shenzhen, uno de los polos tecnológicos del gigante asiático y también situada en Cantón, anunció que evacuaría a 400 mil personas en zonas de riesgo, además de decretar el cierre temporal de su aeropuerto, el cuarto de mayor tráfico en China, a partir de las 20.00 hora local de este martes (12.00 GMT).
Los tifones son fenómenos recurrentes en el sureste de China y Taiwán durante el verano y el otoño, cuando las aguas cálidas del Pacífico propician la formación de ciclones que, en ocasiones, provocan daños significativos e interrupciones en la actividad económica.
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