Ciudad de Guatemala, 5 nov (AGN).- Una mesa plástica; una barrera protectora elaborada con tubo PVC y nailon; alcohol en gel; un par de sillas, y un inmenso deseo de educar acompañan a la maestra Blanca Valenzuela.
La docente coloca diariamente estos materiales en el atrio de la iglesia Nuestra Señora de Lourdes, en el cantón del mismo nombre en la colonia Canalitos, zona 24. Ahí atiende a sus alumnos con el fin de apoyarlos en su proceso de aprendizaje.
La mentora está a cargo del tercer grado en la Escuela Oficial Rural Mixta 612 y, pese a la pandemia, ejerce su vocación, venciendo la adversidad y la pandemia de coronavirus (COVID-19) que afecta al país.
Durante una entrevista con la Agencia Guatemalteca de Noticias (AGN) indicó que las dificultades de aprendizaje expuestas por sus estudiantes la motivaron a buscar una manera para seguirlos atendiendo.
Da cátedra de responsabilidad
“Imprimí las guías que proporciona el Ministerio de Educación y me quedé trabajando con ellos”, dijo la profesora.
Destacó que con esto buscó apoyar también a los niños que no cuentan con los recursos para recibir clases por vía electrónica.
En ese marco, destacó que en junio debió suspender la asistencia presencial a los pequeños, debido a un brote de coronavirus (COVID-19) en el cantón. Esto con el fin de resguardar la salud de los estudiantes y la suya.
“Nos quedamos trabajando a través de un grupo de mensajería, pero volvimos al problema: no todos los padres contaban con los recursos para comparar una tarjeta de internet”, contó.
Agregó que esta situación hizo que bajara el rendimiento de los 12 menores que reciben clases con ella.
“Esa fue mi preocupación. Yo venía cada 15 días a entregarles sus guías y a revisar tareas, pero no era lo mismo”, narró.
Debido a esto, en agosto pasado tomó la decisión de hablar con los padres de familia para seguir impartiendo clases a los niños. Así, cada alumno es atendido durante 30 minutos 2 veces por semana.
“Los padres estuvieron de acuerdo, pues acordamos que es la mejor mecánica para asistirlos y velar por su rendimiento”, expresó.
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La satisfacción
La maestra Blanca Valenzuela vive en la zona 6 y desde ahí llega hasta Canalitos para brindarles el pan del saber a sus estudiantes, a quienes dividió en dos grupos.
Los primeros seis pequeños reciben clases en el atrio de la iglesia, mientras que los otros lo hacen en el corredor de la casa de uno de los alumnos todos los viernes. Esto con el fin de acercarse a quienes viven en otro sector.
A decir de la docente, su mayor satisfacción al tomar estas acciones es ver el avance que presentan los alumnos.
“He visto un mejor avance. Trato de trabajar con ellos practicando la sana distancia y sí he notado una mejoría en todos”, manifestó.
Entre los logros alcanzados la profesora menciona la entrega de tareas completas y a tiempo por parte de los niños, quienes también realizan actividades manuales. Además, realiza actividades que fomentan la lectura.
Protocolos de prevención
Para garantizar su seguridad y la de sus estudiantes, la mentora ha implementado los debidos protocolos de higiene y prevención contra el coronavirus (COVID-19). Todos los insumos utilizados durante las clases son costeados por ella.
Los padres de los estudiantes manifestaron su agradecimiento a la maestra, pues, según cuentan, han evidenciado mejoras en su aprendizaje.
“Mi hijo ha aprendido mucho. En los primeros días le costaba hacer las tareas, pero ahora está bien”, dijo una de las madres, mientras que otra destacó el esmero de la profesora.
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AGN mv/kg/dm