Ciudad de Guatemala, 15 oct (AGN).- Guatemala mostrará al mundo una de sus joyas más grandes durante los XII Juegos Centroamericanos 2025. En esta ocasión, no solo será sede deportiva, sino también cultural, histórica y natural.
El norte del país, el vasto y enigmático Petén abre sus brazos para recibir a Centroamérica con escenarios que parecen sacados de otro tiempo: la majestuosidad de Tikal, el encanto de la isla de Flores y la serenidad del lago Petén Itzá.
Con el programa Un Boleto a Guate se busca que los visitantes y los propios guatemaltecos descubran la riqueza que nos define.
Una fusión de gastronomía, deporte y cultura que se vive en cada rincón. Y no podía haber mejor punto de partida que Petén, pulmón natural de América y corazón indiscutible del mundo maya.
Tikal: corazón del Mundo Maya
En medio de la selva, entre sonidos de monos aulladores y aves que sobrevuelan la espesura, se alza Tikal, una de las ciudades más imponentes de la civilización maya. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, este sitio arqueológico es un recordatorio de nuestra raíz y de la grandeza que habita en estas tierras.
José Pérez, guardaparques con décadas de experiencia, resume lo que significa Tikal:
Aquí se levantaron los edificios más grandes de nuestros ancestros. No es solo un atractivo turístico, es un espejo de nuestra historia.
A más de mil años de su construcción, las pirámides y templos continúan desafiando al tiempo, conectando el pasado con el presente.
Mientras tanto, iniciativas regionales como la protección de la Gran Selva Maya y el Tren Maya, que involucra a México, Belice y Guatemala, buscan consolidar una nueva ruta de conexión y desarrollo, en la que Tikal volverá a ser epicentro, ahora no de una civilización, sino de una integración regional.
Isla de Flores: la joya pintoresca del lago
A poco más de una hora de Tikal, aparece un rincón que parece salido de un cuento: la isla de Flores, uno de los destinos más pintorescos del país. Sus callejones adoquinados, casas coloridas y el calor humano de sus habitantes la han convertido en un lugar que cautiva tanto a nacionales como a extranjeros.
Caminar por sus calles es sumergirse en una historia viva. Cada esquina guarda relatos de resistencia, comercio y tradición. El lago Petén Itzá la rodea como un espejo azul que refleja atardeceres únicos y guarda en sus aguas secretos milenarios. Flores es, sin duda, una postal del alma petenera, viva, cálida y siempre acogedora.
El lago Petén Itzá no solo es escenario de belleza natural, también será el espacio donde la emoción deportiva cobrará vida. Del 22 al 29 de octubre, sus aguas se vestirán de competencia y gloria. El remo abrirá el telón del 22 al 24, seguido por el canotaje los días 25 y 26, para dar paso a las pruebas de aguas abiertas del 27 al 29.
Por primera vez, el corazón del mundo maya recibirá a atletas de todo el istmo en un evento que fusiona naturaleza y deporte.
Los remeros cortarán la superficie tranquila del lago, los canoístas mostrarán su fuerza en cada brazada, y los nadadores de aguas abiertas desafiarán su resistencia bajo el sol petenero.
Todo esto, frente a un público que no solo verá una competencia, sino también un homenaje al espíritu de superación que define a Centroamérica.
Petén, más que un escenario
Petén es más que su arqueología y sus paisajes. Es su gente, orgullosa y resiliente, la que guarda la verdadera esencia de la región. Vecinos de Flores, guías en Tikal, comunidades que viven a la orilla del lago, todos son parte de un mismo corazón que late al ritmo de la tradición y la esperanza.
Este departamento del norte se convierte en anfitrión no solo de atletas, sino de historias. De quienes llegan a competir por medallas y de quienes muestran, con sencillez y calidez, el rostro auténtico de Guatemala.
Cuando los Juegos Centroamericanos escriban su capítulo en Petén, no será únicamente una cuestión deportiva. Será un acto de memoria y de futuro. Tikal recordará que alguna vez fuimos una de las civilizaciones más grandes del mundo.
Flores mostrará que la belleza se preserva en la sencillez y en el calor humano. Y el lago Petén Itzá demostrará que el deporte y la naturaleza pueden convivir para inspirar a toda una región.
Petén abre sus brazos para recibir a Centroamérica con orgullo y esperanza. Sus templos, sus calles y sus aguas serán testigos de competencias, pero también de un mensaje profundo: que Guatemala, como sus atletas, sabe luchar, resistir y soñar en grande.
Que en el corazón del mundo maya se encienda la llama de la unidad y que, al final de cada competencia, el eco de la selva y el aplauso de su gente nos recuerden que este país tiene todo para brillar.
Lea también:
Entrada a los Juegos Centroamericanos Guatemala 2025 será gratuita
Ja/rm/dm