Chiquimula, 20 ene (AGN).- Fortalecer la seguridad alimentaria y nutricional, así como la resiliencia ante los efectos del cambio climático, es el objetivo del proyecto que se desarrolla desde marzo del año pasado y finalizará en 2025, en municipios chiquimultecos y jalapanecos que conforman el Corredor Seco.
Por medio de acciones como la cosecha de agua de lluvia, mejoramiento de procedimientos para la producción de granos básicos y establecimiento de huertos familiares y comunitarios, se busca apoyar a unos 37 mil 425 habitantes.
Con apoyo de cooperantes internacionales e iniciativa privada, se ha priorizado a 59 centros poblados, donde radican 7 mil 43 familias, de las cuales el 34 % pertenecen a los pueblos Ch’orti’ y Pocomán.
Los ministerios de Agricultura y Salud, así como las secretarías de Planificación y Seguridad Alimentaria y Nutricional ejecutan el proyecto, junto con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y Organización Panamericana de la Salud.
También participan el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Entretanto, el financiamiento es por parte del Gobierno de Suecia.
Las estrategias implementadas para que las familias fortalezcan la resiliencia a la sequía se enfocan en seis ejes:
- gobernanza de la seguridad alimentaria y de la seguridad hídrica
- sistemas alimentarios campesinos adaptados a la sequía
- sanidad y habitabilidad de las viviendas.
- atención integral en salud
- generación de ingresos económicos
- protección del medio ambiente
Impacto
Con el proyecto se busca conseguir que las familias dispongan de recursos para producir y agenciarse de otros alimentos necesarios para el hogar.
Además, se les capacitará en diversos modelos para garantizar el acceso al agua, entre los cuales destacan cosechadores de geomembrana y pilas comunitarias. Otras estructuras que se implementarían son los cosechadores de ferrocemento y de placas.
Para el aumento de la producción de maíz y frijol, se promueven prácticas adaptadas al clima, con el fin de mejorar la capacidad productiva. Algunas de ellas son:
- sistema agroforestal con árboles nativos dispersos
- uso de semilla precoz y tolerante a la sequía
- siembra escalonada
- bancos comunitarios de semillas criollas
- estructuras de conservación del suelo y humedad
- abonos y plaguicidas orgánicos (biofábricas)
- diversificación de la parcela
Asimismo, se impulsa el sistema agroforestal tradicional Kuxur Rum, que es un conjunto de tecnologías de manejo de suelo, agrícolas y forestales, combinadas con árboles en callejones, para la restauración del paisaje forestal.
Los territorios priorizados son 59 comunidades 👏en Chiquimula y Jalapa.
Entre las principales acciones están: ejecutar diagnósticos📋, coordinar una mesa técnica agroclimática📖, asistencia técnica a emprendedores de café☕️ y facilitar el acceso económico a alimentos🌽🥕🥦. pic.twitter.com/McmIvGb2KS
— FAO Guatemala (@FAOGuatemala) August 25, 2022
Aunado a estas medidas para la resiliencia, se socializarán prácticas que mejoraran la capacidad productiva en el hogar.
Entre estas figuran los huertos con especies nativas y comerciales, piloneras y siembra plantas medicinales. También se trabajará en la crianza y reproducción de gallinas ponedoras, así como de tilapia.
En materia de salud, se contempla el manejo de excretas y mejoras en las viviendas, lo cual permitiría menguar el hacinamiento. Adicionalmente, se apoyará con el equipamiento y capacitación del personal de los centros de Salud.
Aparte, se pretende dinamizar la economía local y contribuir a evitar la migración interna, mediante el apoyo a proyectos productivos y emprendimientos.
Por Karla Peralta
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kp/kg