Ciudad de Guatemala, 26 may. (AGN).- La vida de un brigadista es ardua y desafiante, especialmente cuando se trata de combatir incendios forestales. En una entrevista con la Agencia Guatemalteca de Noticias, la soldado segundo especialista Luz Noemí Ramírez Barrera, miembro de la Brigada Humanitaria y de Rescate Luz, compartió su experiencia y los retos que enfrenta en su labor diaria por combatir el fuego.
Al respecto mencionó:
Trabajar en un incendio es muy arduo y cansado. Es un trabajo constante.
A pesar de contar con tiempos y lugares específicos para descansar, el agotamiento físico es inevitable. La naturaleza del terreno y las condiciones en las que se desarrolla la labor son factores que agravan el desgaste físico.
Al abordar la comparación con los excursionistas que ascienden volcanes por hobby, Ramírez Barrera señala una diferencia crucial:
Mucha gente lo hace por vocación y pernocta en el área. Nosotros, en cambio, debemos madrugar y llegar a buena hora al lugar del incendio, trabajar un par de horas y luego descender nuevamente.
Este ciclo repetitivo intensifica la fatiga acumulada en el personal.
El trabajo en equipo y el apoyo logístico
La brigada no solo se dedica a sofocar incendios directamente; también apoya en labores logísticas críticas. Uno de estos apoyos es el manejo del Bambi Bucket, un dispositivo que se utiliza para transportar y descargar grandes cantidades de agua desde helicópteros.
Es un trabajo muy fuerte que también conlleva riesgos, ya que se trabaja debajo del helicóptero.
Trabajar debajo de un helicóptero, manejando equipos pesados, añade un nivel adicional de peligro a una tarea ya de por sí riesgosa. La coordinación y la precisión son esenciales para evitar accidentes, y esto requiere fuerza física y un alto grado de concentración y habilidad técnica.
A pesar de las dificultades, Ramírez Barrera y sus compañeros mantienen un fuerte compromiso con su labor de combatir el fuego.
Aunque es agotador, la satisfacción de salvar vidas y proteger la naturaleza nos impulsa a seguir adelante.
Este sentido de propósito es un motor fundamental que les permite superar las adversidades diarias.
Preparación y entrenamiento
La preparación de los brigadistas es exhaustiva. Así lo explicó Ramírez:
Nuestro entrenamiento incluye tanto la parte física como la mental.
La resistencia física es importante para enfrentar largas jornadas en condiciones adversas, mientras que la preparación mental ayuda a manejar el estrés y la presión para liquidar el fuego.
El cambio climático ha aumentado la frecuencia e intensidad de los incendios forestales, y cada año hay incendios más grandes y difíciles de controlar. Este fenómeno global no solo afecta a Guatemala, sino que representa un desafío creciente para bomberos y brigadistas en todo el mundo.
La vida de un brigadista como Luz Ramírez está marcada por el sacrificio, la valentía y un profundo compromiso con la protección de la naturaleza y la seguridad de las personas. A través de su testimonio se puede apreciar la importancia de su labor y la necesidad de apoyar y reconocer su esfuerzo continuo.
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