París, 22 dic (EFE).- Casi 4 mil 500 especies marinas de 21 sitios patrimonio mundial integran ya una nueva cartografía de la vida en los mares y océanos desarrollada por la Unesco, pionera al usar un método que permite ahorrar decenas de años de investigación y varios miles de euros: analizar el ADN contenido en 1.5 litros de agua.
En un momento en que la degradación de la biodiversidad alcanza cotas alarmantes, (este programa) ofrece nuevas oportunidades para comprender mejor y salvaguardar los principales ecosistemas de las 18 mil zonas marinas protegidas de todo el mundo, indicó la secretaria general de la Unesco, Audrey Azoulay, respecto a una iniciativa que considera revolucionaria.
Esta cartografía, que, aunque se irá ampliando progresivamente ya permite consultar por internet los datos recopilados en los últimos tres años de trabajo, ha relevado ya especies de lugares tan variados como la Península Valdés en Argentina, el archipiélago de Revillagigedo en México, el parque iSimangaliso en Sudáfrica o el de los Everglades de Florida (EE. UU.).
En total se han catalogado ya 4 mil 406 especies, 120 de ellas amenazadas. La mayoría son peces (2 mil 78), pero también se han identificado, entre otros, tres tipos de tortugas y 28 de mamíferos marinos.
Por ejemplo, en las Islas Cocos de Costa Rica el balance de las pruebas realizadas fue de 347 especies en total, 164 de ellas peces y un total de 14 en situación vulnerable, y en Yemen, en el archipiélago de Socotra, la lista fue de 260 especies, entre las cuales hay 139 de peces y tres de ellas amenazadas.
Herramienta frente al calentamiento
El análisis medioambiental del ADN no es una técnica nueva, precisó en una presentación en París la coordinadora del programa de Patrimonio Mundial Marino de la Unesco, Fanny Douvere, pero nunca hasta ahora se había empleado de una manera global y estandarizada.
Douvere explicó que este forma de estudiar la biodiversidad cuenta con numerosas ventajas frente a los métodos tradicionales, desde la reducción del tiempo a los bajos costes, pasando por un nivel muy bajo de intrusividad, ya que solo precisa extraer un litro y medio de agua.
Por ejemplo, un kit para tomar muestras con los estándares requeridos por la Unesco cuesta unos 25 euros y el proceso de investigación total, que antes podía tardar de cinco a 10 años, se reduce a solo unos meses.
Es accesible incluso para los lugares con menos recursos y más remotos, resaltó Douvere.
Con una sola muestra se obtienen trazas genéticas de una media de un centenar de especies y, para recopilarlas, la Unesco ha reclutado voluntarios por todo el mundo, como estudiantes o miembros de las comunidades locales, liderados siempre por un científico experto.
Con este programa, la Unesco busca no solo la divulgación del conocimiento de las especies que habitan cada ecosistema, sino también ayudar a los responsables de las áreas marinas protegidas a entender cómo les afecta el cambio climático y mejorar las condiciones.
Es algo clave en un momento en el que el aumento de la temperatura de los océanos está forzando a muchas especies del mundo a buscar aguas más frías y más profundas, recordó Douvere.
Enfrentarán alza de temperatura
El estudio también determinó que muchas de estas especies se enfrentarán pronto a temperaturas que superarán sus límites de tolerancia conocidos, según indicó la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura en una nota de prensa sobre el programa.
La información agrega:
Si se diera el escenario climático más cálido, hasta el 100 % de las especies de peces de los lugares tropicales y subtropicales estudiados correrían el riesgo de superar sus límites térmicos actuales y extinguirse, mientras que entre el 10 y el 50 % de las especies de peces de los océanos templados superarían sus límites térmicos actuales.
La cartografía contribuirá también al objetivo 30×30 de la comunidad internacional, es decir a tener protegidos para 2030 un 30 % de los océanos y mares. Es algo de lo que aún se está muy lejos, ya que el porcentaje actual es de solo el 8 %.
Además, no solo hay que aumentar la cantidad de ecosistemas marinos protegidos, sino que además hay que preservar los lugares adecuados para garantizar la biodiversidad.
Si no estamos protegiendo el 30 % correcto porque las especies marinas se están yendo, perderemos el barco, consideró la coordinadora del programa de Patrimonio Mundial Marino de la Unesco.
También le puede interesar:
Presidente Arévalo firma normativas e iniciativas de ley en la lucha contra la corrupción
rm