Ciudad de Guatemala, 15 dic. (AGN).- La crianza de pollos de engorde se ha consolidado como una actividad económica fundamental en diversas regiones rurales del país. Este sector no solo proporciona una fuente de ingresos significativa para los productores, sino que también responde a la creciente demanda de carne avícola en el mercado local.
La rapidez en el retorno de la inversión ha llevado a muchos agricultores a incursionar en esta práctica, convirtiéndola en una opción atractiva para diversificar sus actividades económicas.
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— MAGA Guatemala (@MagaGuatemala) December 9, 2024
Proceso de crianza y manejo
La crianza de pollos de engorde es un proceso que requiere atención y cuidado intensivo. Generalmente, el ciclo de vida de estos pollos se extiende entre seis y ocho semanas, durante las cuales es esencial mantener un ambiente controlado.
Este control es vital para maximizar el crecimiento de las aves y minimizar el riesgo de enfermedades que puedan afectar su desarrollo.
Los productores deben prestar especial atención a las condiciones de los galpones, asegurándose de que estén limpios y bien ventilados. La humedad y la temperatura son factores que deben monitorearse constantemente para garantizar el bienestar de los pollos. Un ambiente adecuado no solo favorece el crecimiento, sino que también reduce la incidencia de infecciones.
Importancia del manejo sanitario
El manejo sanitario es un aspecto crucial en la crianza de pollos de engorde. Para prevenir brotes de enfermedades, los productores deben implementar rigurosos programas de vacunación y seguir estrictas medidas de bioseguridad.
Estas medidas incluyen la desinfección regular de los galpones y el control de acceso a las instalaciones, lo que ayuda a evitar la introducción de patógenos.
Además, es fundamental que los productores se capaciten en prácticas de manejo sanitario y bioseguridad. La educación continua en este ámbito permite a los criadores adaptarse a nuevas normativas y mejorar la salud general de sus aves, lo que se traduce en un aumento en la productividad.
La modernización de la crianza de pollos de engorde ha llevado a la implementación de tecnologías que optimizan el proceso.
Muchos productores utilizan galpones equipados con sistemas de ventilación, calefacción y alimentación automática. Estas innovaciones no solo facilitan el manejo diario, sino que también garantizan un crecimiento más eficiente de las aves.
La alimentación es otro aspecto clave en este proceso. Los criadores optan por raciones equilibradas que contienen un alto porcentaje de proteínas, lo que acelera el desarrollo muscular de los pollos. Una dieta adecuada es esencial para alcanzar los estándares de calidad requeridos.
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