Ginebra, Suiza, 24 nov (EFE).- Los tratamientos y vacunas contra el COVID-19 tienen actualmente como objetivo principal atacar las proteínas spike, en la superficie del coronavirus y que dan a este su característico aspecto espinoso, pero un nuevo estudio ha identificado otro posible punto débil del virus.
El estudio, a cargo de científicos de la Universidad de Ginebra, su homóloga de Barcelona y el University College of London, ha descubierto una proteína en el coronavirus. A esta se le denominó Nsp1 y a la que podrían dirigirse nuevas terapias.
Esta pequeña proteína bloquea de forma selectiva nuestros ribosomas, las ‘factorías’ de las células, haciendo que estas no puedan ser utilizadas e impidiendo con ello la respuesta inmunológica, estimulando al mismo tiempo la producción de proteínas virales, explicaron científicos de la universidad ginebrina.
Detalles de la proteína
La Nsp1 sería una de las 16 proteínas no estructurales conocidas del virus SARS-CoV-2, causante del COVID-19, esenciales para que este se reproduzca.
Para estudiarla, las universidades han llevado a cabo simulaciones con algoritmos, y más tarde técnicas experimentales de evaluación y cristalografía mediante rayos X con el fin de confirmar que podía ser objetivo de futuros medicamentos.
Los expertos probaron si varias moléculas podían ligarse a la proteína objetivo y con ello servir de potencial vehículo a nuevas terapias, y encontraron en particular una, el 5 acetilaminoindano, con mucho potencial.
El estudio subraya que estos avances podrían servir para nuevas variantes del coronavirus que amenazan con prolongar la pandemia, pero también contra otros virus similares, ya que los métodos utilizados para descubrir la proteína podrían hallar otras con potencial uso terapéutico.
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