Redacción Ciencia, 4 may (EFE).- Las langostas migratorias pueden formar plagas que amenazan la seguridad alimentaria allá donde atacan.
Cuando se forman esos grandes enjambres, los ejemplares tienden al canibalismo, que neutralizan con la producción de una feromona maloliente, la fenilacetonitrilo (PAN).
Un estudio que publica este jueves Science informa de esta vía de señalización anticanibalismo, la cual podría proporcionar un objetivo para las estrategias de gestión de esos animales.
Esto dado que sus interacciones caníbales se han relacionado con la creación de enjambres, que son altamente destructivos.
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Canibalismo
Los científicos sospechan que el canibalismo entre las langostas contribuye a su comportamiento en enjambre.
Estos se mueven constantemente porque los animales individuales siempre están huyendo de los congéneres que les persiguen.
Una amplia gama de especies lo practican, principalmente para complementar la nutrición. Esto ha llevado a la evolución de diversas estrategias para proteger a los individuos de ser devorados por sus congéneres.
Esas estrategias son poco conocidas y un equipo del Instituto Max Planck (Alemania) se propuso estudiarlas en profundidad.
La institución descubrió que las langostas migratorias producen una feromona anticaníbal que evita el canibalismo cuando esos insectos están en la fase gregaria.
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Comportamiento
El estudio apunta a que existe una relación directa entre la densidad de población, que les lleva a formar enjambres, y el comportamiento caníbal de las langostas.
Cuando la densidad de población aumenta, las langostas juveniles comienzan a producir PAN, lo que tiene el efecto de protegerlas de ser devoradas por otras.
Los autores también descubrieron el receptor olfativo subyacente responsable de detectar PAN. Asimismo, la vía de señalización responsable de impulsar la aversión al comportamiento caníbal.
Además, desarrollaron modelos de langostas incapaces de producir PAN.
Estas perdieron su señal protectora, siendo mucho más probable que resultaran devoradas.
Por otra parte, constataron que las langostas cuyos receptores olfativos no eran capaces de captar la feromona PAN sí mostraban interés por atacar a sus compañeras.
Fase solitaria
Cuando las langostas migratorias están en fase solitaria, los insectos viven individualmente, evitan el contacto físico, comen comparativamente poco y suelen permanecer en una misma zona.
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