Ciudad de Guatemala, 2 ago. (AGN).- En cada rincón de Guatemala, los huertos escolares demuestran ser una fuente de aprendizaje y productividad. Las cosechas de acelgas, rábanos, chipilín, hierbamora y bledo llenan las mesas de los estudiantes, así como sus corazones con el orgullo del esfuerzo propio.
Estos huertos, impulsados por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA) en conjunto con el Ministerio de Educación (Mineduc), están transformando el paisaje educativo del país.
Más allá de los frutos visibles, los huertos escolares cumplen una función educativa importante. Los estudiantes se familiarizan con prácticas agrícolas y la importancia de una dieta equilibrada, también desarrollan competencias valiosas como el trabajo en equipo, la responsabilidad y el respeto por el medio ambiente.
La iniciativa de estos huertos tiene un alcance que va mucho más allá de la simple siembra y cosecha, promoviendo habilidades que beneficiarán a los jóvenes en todos los aspectos de su vida.
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Escuelas beneficiadas con huertos
En Baja Verapaz, la experiencia ha sido notable. Las escuelas oficiales rurales mixtas (EORM) de La Rinconada, en San Jerónimo; Ixcayán, en Salamá; Sangre de Cristo, en Cubulco; Nance Dulce, en Granados; Agua Caliente, en Santa Cruz El Chol, y la ubicada frente a la pista de aviación de Rabinal han celebrado con entusiasmo su primera cosecha de rábanos. Los estudiantes han aprendido sobre las propiedades medicinales de las plantas y experimentan con la agricultura vertical, usando materiales reciclados para maximizar los recursos disponibles.
La dinámica positiva de los huertos también se refleja en San Marcos. Aquí, los alumnos de la EORM de la comunidad agraria Nuevo Paraíso, en Catarina, y la del caserío Los Escobar, en San Cristóbal Cucho; así como la Escuela Oficial Urbana Mixta (EOUM) de Pajapita y la EOUM Centro América, en el casco urbano de Nuevo Progreso, han cosechado con éxito chipilín, rábano y hierbamora. Estas cosechas son testimonio del compromiso y la dedicación de los estudiantes y sus maestros, quienes se han embarcado en esta aventura educativa con gran entusiasmo.
En el departamento de Suchitepéquez, la EORM Línea B-2 y el Instituto Nacional de Educación Básica Telesecundaria Línea B-16, ubicados en San José La Máquina, también han tenido resultados impresionantes. Las cosechas de bledo y chipilín de sus huertos han sido particularmente destacadas, mostrando cómo la educación y la agricultura pueden unirse para fomentar la autosuficiencia alimentaria.
Una herramienta pedagógica
El respaldo del Departamento de Apoyo a la Producción de Alimentos (DAPA), del Viceministerio de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Visan), es fundamental para el éxito de estos huertos. El apoyo técnico brindado por esta unidad ha permitido a las escuelas implementar prácticas agrícolas efectivas y sostenibles, consolidando así los objetivos pedagógicos del proyecto.
Los huertos escolares se han convertido en mucho más que simples áreas de cultivo. De hecho, esta plataforma educativa fomenta una alimentación saludable, promueve la conservación del medio ambiente por medio de la adición de importancia a la conservación de áreas de tierra para su aprovechamiento y contribuye al desarrollo integral de los estudiantes.
Al involucrarse en el cultivo de sus propios alimentos, los jóvenes adquieren conocimientos prácticos y una comprensión profunda de la importancia de la agricultura sostenible, habilidades que podrán aplicar en sus hogares y comunidades a lo largo de sus vidas.
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