El Telescopio Espacial James Webb (JWST), una potente máquina del tiempo con el que se aspira a desentrañar la formación del universo, será lanzado entre el 31 de octubre y principios de diciembre.
Esta misión conjunta de la estadounidense NASA, la europea ESA y la canadiense CSA tenía ya su fecha fijada para finales de octubre.
Previsto en un primer momento para mayo de 2020 y después para marzo de este año, su despegue sufrió un nuevo retraso, a octubre, por la repercusión de la pandemia y otros desafíos técnicos.
Posibilidades son enormes
Pero una vez que esté en el espacio la confianza de los científicos en sus posibilidades son enormes.
Se convertirá en el centro de todo el programa de observación astrofísica durante la próxima década o más, dijo en conferencia de prensa Thomas Zurbuchen, administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA.
Galaxias, el reto
La posibilidad de que esclarezca el origen de las galaxias y de las estrellas abarca la promesa de cambiar no solo lo que sabemos, sino cómo pensamos como humanos, añadió el experto, que aventura que será capaz de enseñarnos el universo como no lo hemos visto nunca.
El JWST está diseñado para expandir los éxitos científicos del telescopio Hubble y complementarlo. Será el más grande y potente que se ha lanzado jamás al espacio y tardará un mes en llegar a su órbita, a un millón y medio de kilómetros de la Tierra.
Ofrecerá una vista inédita del universo a longitudes de onda del infrarrojo cercano y el infrarrojo medio y permitirá estudiar una gran variedad de objetos celestes, desde galaxias vecinas hasta los confines del universo más distante.
Resolución y capacidad inéditas
Su espejo primario, en forma de panal con 18 segmentos hexagonales, mide 6.5 metros de altura, frente a los 2.4 del Hubble, y ayudará a mirar a lo que ocurrió hace unos 13 mil 500 millones de años, mil millones más que el otro telescopio.
Está diseñado para aclarar desde a qué se parecía el universo cuando sus primeras estrellas y galaxias se formaron, hasta la evolución de los agujeros negros o el ciclo vital de las estrellas, de su nacimiento a su muerte.
Las primeras imágenes
Se tardarán entre dos y seis meses en obtener las primeras imágenes con toda su calidad, pero en cuanto estén disponibles nos volará la cabeza, recalcó Günther Hasinger, director de Ciencia de la ESA, con un entusiasmo compartido por todos sus impulsores.
El telescopio tiene una altura de ocho metros y su parasol, una vez desplegado, el tamaño de una pista de tenis, por lo que uno de los retos logísticos es su instalación en un cohete de 5,4 metros de diámetro, doblado como si fuera origami, según la ESA.
Europa contribuye con el servicio de lanzamiento desde Kurú a bordo de un Ariane 5 y con dos herramientas científicas clave: el espectrógrafo NIRSpec y la mitad del instrumento del infrarrojo medio MIRI.
Nombre
El telescopio James Webb fue nombrado en honor al funcionario del gobierno estadounidense que fue administrador de la NASA entre 1961 y 1968 y jugó un papel integral en el programa Apolo.
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