Ciudad de Guatemala, 10 feb (AGN).- Como padre de cuatro niñas que aún están en la primaria, el sueño de César Jutzutz es que sus hijas tengan un mejor estilo de vida que él.
Él sabe que para lograrlo las cuatro deben esforzarse en la escuela y llegar a diversificado, nivel que él no pudo alcanzar.
César es un hombre de aproximadamente 45 años que, junto con su esposa, se ha esforzado arduamente por inscribir año con año a sus hijas en la escuela de la localidad.
“Yo nunca fui a la escuela. Desde mi niñez jamás me senté en una silla en la escuela. No sé escribir. Por eso me preocupo por que mis hijas estudien y aprendan más que yo”, dice sentado a la par de su hija más grande, Rosmeri, de 12 años.
Su siguiente hija es Evelyn, de 9 años; le sigue Kelly, de 8, y por último está Kimberly, de 3, quien aún no asiste a la escuela.
“Tengo que seguir luchando por las cuatro, pero alcanzar algo más depende también de ellas”, reconoce César mientras las mira orgulloso.
#DideducAltaVerapaz
A la Dirección Departamental de Educación, llegaron los materiales educativos para reforzar los aprendizajes de los niños de preprimaria y primaria del sector público donados por #UNICEF y para que sean utilizados desde el primer día del Ciclo Escolar 2021. pic.twitter.com/phPb8VNYdc— Mineduc Guatemala (@MineducGT) February 9, 2021
Asistencia a la escuela
Las tres hijas mayores de César asisten a la Escuela Oficial Rural Mixta de la aldea Chutiabajal, en Chimaltenango. El centro educativo se encuentra a unos 15 minutos de la casa de César y, por la cercanía, sus hijas se trasladan al lugar caminando por un trayecto de terracería.
“Está cerca. Antes tenían que ir a otra escuela, les quedaba más lejos y no iban seguido por eso”, dice la esposa de César mientras teje un huipil, que aún no sabe si será para una de las pequeñas o para venderlo.
Luego de que la pandemia de coronavirus (COVID-19) se presentara en Guatemala, César y su familia tuvieron que hacer algunos cambios para garantizar su seguridad.
Uno de esos cambios fue tener a sus hijas en casa recibiendo clases a distancia. En ese sentido, ambos reconocen que el proceso de adaptación fue complicado.
“A mis hijas les hizo falta asistir a la escuela. También nos afectó demasiado la pandemia y yo me preocupo porque quiero dejarles algo mejor a ellas. Tengo que seguir luchando para darles sus estudios”, recalca.
Por esa razón, César está emocionado por el ciclo escolar 2021, que funcionará bajo un modelo híbrido. Esto significa que en algún momento del año, cuando el Ministerio de Educación (Mineduc) lo autorice, se retornará a las aulas.
Su hija Rosmeri se siente igual: feliz y ansiosa por comenzar un nuevo grado y continuar con su vida estudiantil dentro de la escuela.
“Quiero ver a mis compañeros y a mi maestra, compartir con ellos y aprender más”, asegura la estudiante.
De igual manera, menciona que el establecimiento educativo fue remozado en 2020, por lo que al regresar a clases habrá un ambiente y espacio diferentes.
“Pintaron mi escuela, tiene nuevos pisos, sanitarios y pila. Estoy emocionada por volver”, dijo con una sonrisa.
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AGN lc/dm