Ciudad de Guatemala, 19 oct (AGN).- El texto estaba ya terminado, pulido, corregido, editado, solo para ser impreso… pero para Asturias era peligroso hacerlo por la situación imperante en 1944.
Así destacan los biógrafos de Miguel Ángel Asturias la situación de la novela El señor Presidente, considerada un portento del talento literario. Y es que el nobel de Literatura 1967 publicó hacia 1949 poemarios como Sien de Alondra, pero la poesía en su haber fue muy íntima, escasa, aunque de gran calidad.
En este Año de Miguel Ángel Asturias 2024-25 recordamos los 125 años de nacimiento del escritor y 50 años de su fallecimiento.
Volviendo a El señor Presidente, son más que evidentes los motivos que retrasaron la publicación de El Señor Presidente, si consideramos la situación guatemalteca, donde la dictadura de Jorge Ubico, una de las más duras que vio Guatemala, duró hasta 1944, era la última palabra.
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En palabras de quienes vivieron la represión, había un ambiente oscuro, lleno de temor que duró la década y otros años dominados por Ubico.
En tal sentido, el escritor no se atrevía a publicar en Guatemala su novela, porque sabía perfectamente que era su sentencia de muerte.
Sobre todo, porque en el período 1937-1943, en el programa radiofónico del Diario del Aire, Asturias había aprovechado mediante sutilezas condenar el régimen ubiquista, y esto naturalmente lo sabía el mismo Ubico.
El señor Presidente estaba listo desde 1932 y había copias del manuscrito en manos de escritores franceses y mexicanos.
Cuando Asturias volvió a Guatemala, hacia 1933, pensó que no era prudente llevar consigo el texto, porque seguramente iba a ser confiscado por Ubico.
El presidente sabía del talento de Asturias y de muchos otros que desde la intelectualidad conspiraban contra él. No cabría duda de que también sabía del manuscrito de El señor Presidente y seguramente irá contra este y su autor.
Ya Asturias había vivido en su adolescencia y principios de juventud la dictadura de Manuel Estrada Cabrera, de finales del siglo XIX y principios del XX y ahora le tocaba ver en carne propia la de Ubico.
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En la primavera
Con su nuevo libro, basado en hechos reales pero bajo el esquema del realismo mágico, Asturias se presenta en el ámbito literario, en 1946, con una obra de grandes calidades artísticas y de estilo.
Sobre todo, porque la novela se centra en un punto medular para América Latina: las tiranías de moda.
También estaría destinada a llamar la atención durante muchos años la preeminente y auscultadora atención de la crítica.
La primavera política y de libertad que llegó en 1945 con la llegada del gobierno de Juan José Arévalo fue una puerta para que novelas como El señor Presidente saliera a la luz. Editoriales como la entonces célebre Losada la colocaron hacia 1948 entre sus libros más preciados. Sin embargo, el afianzamiento y fama llegó para la obra en 1952.
Esta catapulta hizo que se convirtiera en uno de los libros más leídos en la historia de Guatemala.
Aunque el tema de la tiranía no era nuevo, sí el enfoque surrealista de Asturias. Su obra, en la línea de la denuncia, se unía a otras como Facundo, Amalia o Los perros hambrientos.
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