Ciudad de Guatemala, 11 nov (AGN).- El Palacio Nacional de la Cultura, conocido también como el Guacamolón por su distintivo tono verde, celebra 82 años de su inauguración, acontecimiento que marcó un antes y un después en la historia arquitectónica y política del país.
Desde su apertura, el 10 de noviembre de 1943, esta joya del patrimonio guatemalteco se ha consolidado como un ícono de identidad nacional y un punto de encuentro entre la historia, el arte y la cultura para visitantes nacionales y extranjeros.
Con el paso del tiempo, el Palacio ha trascendido su función administrativa original para convertirse en un espacio cultural y artístico.
Actualmente, alberga exposiciones, conciertos, recorridos guiados, y programas permanentes como Tardes de Arte, que impulsa el Ministerio de Cultura y Deportes (MCD), reafirmando su papel como un referente cultural y turístico de Guatemala.
El Palacio Nacional de la Cultura, ubicado en el km 0 marca el inicio de los caminos que se extienden por toda Guatemala. 📍
Hoy celebramos su historia y seguimos trabajando para conservar esta joya arquitectónica. 💚🇬🇹 pic.twitter.com/qv1IpA4b6H
— Secretaría de Comunicación Social (@SCSPGT) November 10, 2025
De su origen a la actualidad: un legado que perdura
El proyecto del Palacio se remonta a 1927, cuando el presidente Lázaro Chacón convocó a un concurso de diseño para el Palacio, pero que no se concretó.
Fue el general Jorge Ubico quien retomó la iniciativa en 1932 para contar con una sede de Gobierno y, tras colocar la primera piedra, el 4 de julio de 1937, se inició la construcción, que culminaría en 1943.
Hoy, a 82 años de su inauguración, el Palacio Nacional de la Cultura no solo es un edificio monumental, sino un símbolo de unidad, historia y arte nacionales.
Arquitectura que une estilos e historia
El diseño del Palacio Nacional fusiona elementos coloniales, franceses, neoclásicos y mudéjares, lo que le otorga un estilo ecléctico único.
Además, fue el primer edificio de la Ciudad de Guatemala con sistema antisísmico, y su estructura simétrica destaca por un cuerpo central con dos alas laterales con un patio en cada uno, tres niveles, y dos piletas con azulejos y surtidores de agua en cada uno de los módulos.
En su interior, los murales y vitrales narran la historia del país, desde la época prehispánica hasta la independencia, convirtiéndose en un testimonio visual de la memoria colectiva.
Por su relevancia artística e histórica, fue declarado Monumento Histórico y Artístico Nacional el 7 de noviembre de 1980, mediante el Acuerdo Ministerial 880-80 del Ministerio de Educación.
Epicentro cultural para todos
Bajo la administración del Ministerio de Cultura y Deportes, continúa siendo escenario de actividades culturales, visitas educativas y conmemoraciones que fortalecen el vínculo de los guatemaltecos con su herencia patrimonial.
Actualmente, el presidente Bernardo Arévalo recuerda a la población guatemalteca a asistir a todos los eventos que el MCD lleva a cabo, recordándoles que el palacio les pertenece.
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