Ciudad de Guatemala, 1 Jul. (AGN).– El pasado 2 de junio marcó un hito en la transformación del sistema penitenciario, particularmente en la prisión conocida como El Infiernito, en Escuintla.
Bajo la administración del presidente Bernardo Arévalo, se han implementado medidas significativas para combatir la corrupción y mejorar la seguridad en los centros carcelarios del país. Uno de los pasos más importantes en esta transformación ha sido la contratación de nuevos guardias penitenciarios. Hasta la fecha, la administración ha sumado 160 nuevos agentes comprometidos con la transparencia y la integridad. Este número se incrementará significativamente, ya que se esperan 500 guardias adicionales al finalizar el mes. Esta iniciativa busca asegurar que el personal encargado de la vigilancia de las prisiones no se vea envuelto en actos de corrupción, un problema que ha plagado el sistema penitenciario durante años.
Operativo #RecuperaciónInfiernito
Por primera vez en más de 10 años, el Estado de Guatemala tiene el control total de de la Cárcel de “Máxima” Seguridad El Infiernito. pic.twitter.com/9qvOytOfuN
— Francisco Jiménez (@FJimenezmingob) June 2, 2024
Eliminación de privilegios
Desde que las autoridades retomaron el control de El Infiernito, se han implementado cambios drásticos para eliminar los privilegios que muchos reclusos disfrutaban. Estos privilegios, en muchos casos, eran permitidos por los propios agentes encargados de la seguridad del centro. La eliminación de estos beneficios no solo busca restaurar la disciplina dentro del recinto, sino también enviar un mensaje claro de que la corrupción no será tolerada bajo ninguna circunstancia.
El objetivo principal de estas reformas es sustituir un sistema corrupto por uno basado en la transparencia. El presidente Arévalo ha subrayado que estas medidas son solo el comienzo de un cambio estructural más amplio en el sistema penitenciario del país. La contratación de nuevos guardias y la eliminación de privilegios son los primeros pasos en un ambicioso plan para transformar la administración de justicia y garantizar que los centros penitenciarios cumplan con su función rehabilitadora de manera efectiva.
Compromiso gubernamental
El compromiso del Gobierno con estas reformas ha sido evidente desde el primer día. Las autoridades han trabajado incansablemente para asegurar que los nuevos guardias reciban la formación necesaria para desempeñar sus funciones con integridad y profesionalismo. Además, se van a implementar mecanismos de control y supervisión para prevenir la corrupción y asegurar que los cambios realizados tengan un impacto duradero.
La corrupción arraigada y la resistencia al cambio por parte de algunos sectores son obstáculos que el Gobierno deberá enfrentar con determinación. Con un enfoque claro en la transparencia y la seguridad, las autoridades confían en que podrán transformar El Infiernito y otros centros penitenciarios en lugares donde se respete la ley y se promueva la rehabilitación de los reclusos.
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