Ciudad de Guatemala, 14 nov. (AGN).- El proceso del tueste es una etapa clave en la producción de café en Guatemala, un país reconocido por la riqueza y diversidad de sus granos. Desde las montañas de Antigua Guatemala hasta las laderas de Atitlán y los paisajes de Huehuetenango, el café guatemalteco destaca por sus sabores únicos, que reflejan la esencia de la tierra donde se cultivó.
El tueste es el momento en que los granos de café verdes se transforman en los aromáticos y apetecibles granos marrones que conocemos. Durante este proceso, se liberan aceites y aromas que desarrollan el perfil de sabor del café. En Guatemala, el tueste varía según la región, el clima y la altitud, lo que resulta en una variedad de matices que van desde notas frutales y florales hasta sabores achocolatados con un sutil toque de acidez.
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Diversidad en el tueste: medio y fuerte
Los tostadores en Guatemala se esmeran en perfeccionar el control de la temperatura y el tiempo de tostado para garantizar una calidad constante y un sabor distintivo. Un tueste ligero, por ejemplo, resalta la acidez y las notas florales del café, mientras que un tueste más oscuro intensifica el cuerpo y la robustez, creando un café más profundo y con mayor presencia.
Este control preciso en el proceso es esencial para que los granos mantengan su carácter y complejidad. Los productores guatemaltecos, conscientes de la riqueza de sus cultivos, se aseguran de que cada lote de café refleje la tradición y dedicación que caracteriza a esta industria.
El viaje desde la semilla hasta la taza
La excelencia del café guatemalteco empieza mucho antes del tueste, en la misma plantación. Todo comienza con la selección meticulosa de semillas de alta calidad que se siembran en viveros antes de ser trasplantadas a los campos. Las condiciones de crecimiento son críticas: suelos ricos y bien drenados, temperaturas moderadas y altitudes elevadas proporcionan el ambiente ideal para el desarrollo de las plantas.
Tras tres o cuatro años, las plantas de café comienzan a dar frutos, conocidos como cerezas de café. La cosecha, que puede realizarse a mano o mediante maquinaria, depende del terreno y la calidad que se busca obtener. Después de la recolección, los granos se separan de la pulpa y se secan antes de ser procesados y clasificados.
El cuidado en cada etapa de la producción es lo que permite que el café de Guatemala sea admirado a nivel internacional. Las técnicas de cultivo, la altitud y la dedicación de los productores son los pilares que sostienen la reputación de este café. Cada taza de café guatemalteco lleva consigo una historia de tradición, esmero y un legado de sabor que perdura con cada sorbo.
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