Ciudad de Guatemala, 25 oct. (AGN).- La Policía Nacional Civil (PNC), a través de la División Nacional contra el Desarrollo Criminal de las Pandillas (Dipanda), junto con el apoyo de diferentes comisarías y unidades especializadas, llevó a cabo un operativo de requisa en sectores críticos de la Granja Modelo de Rehabilitación Canadá, en Escuintla. Este despliegue policial se concentró en los sectores conocidos como aceitera y adulto mayor, donde se logró incautar una serie de objetos prohibidos que se encontraban en manos de los reclusos.
Durante el operativo, las autoridades decomisaron 5 teléfonos móviles, 16 cargadores, 12 objetos punzocortantes, 4 desarmadores, una memoria USB, 4 chips, un router, un amplificador de señal, un disco duro, 3 moledoras de marihuana, una pipa, una máquina de tatuajes y un cuaderno con números telefónicos. Algunos de estos elementos pueden facilitar la comunicación ilícita con el exterior y permitir la organización de actividades criminales desde el interior del penal, como la extorsión.
Teléfonos localizados en requisa
Investigadores de la #DIPANDA apoyados de diferentes comisarías y unidades especializadas, realizaron una requisa en los sectores aceitera y adulto mayor de la Granja Modelo de Rehabilitación, Canadá, Escuintla. pic.twitter.com/yfVvzR6ZOr
— PNC de Guatemala (@PNCdeGuatemala) October 25, 2024
Estrategia de seguridad para controlar las prisiones
La implementación de estas requisas es parte del plan estratégico implementado por el Gobierno de Guatemala para frenar el índice de criminalidad dentro de los centros penitenciarios. Una de las principales preocupaciones de las autoridades es la operatividad de las redes de extorsión que funcionan desde las prisiones, afectando a la población en general.
Esta estrategia, impulsada por el Ministerio de Gobernación, busca cortar estos nexos criminales y hacer frente a la influencia que ciertos reclusos aún ejercen en el exterior.
Las acciones de requisa se enmarcan en un esfuerzo por recuperar el control absoluto de los centros penitenciarios, buscando asegurar que las instalaciones cumplan su propósito original: ser centros de rehabilitación y no espacios de privilegio para los privados de libertad. Las autoridades aseguran que estos operativos continuarán de manera periódica para prevenir el ingreso de objetos prohibidos y reafirmar que las cárceles son espacios de rehabilitación y castigo, donde se respeten las normativas establecidas y se eviten privilegios indebidos para los internos.
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