Barcelona (España), 20 oct (EFE).- Una investigación internacional descubrió que las bacterias marinas diazótrofas son grandes aliadas contra el cambio climático, porque no solo convierten el gas nitrógeno en nutrientes sino que llevan el carbono al fondo de los océanos.
El estudio, que publica la revista The ISME journal y del que informó el Instituto español de Ciencias Marinas (ICM-CSIC) de Barcelona, que participó en su elaboración, ha revelado que los diazótrofos, un grupo de bacterias marinas que son capaces de convertir el gas nitrógeno de la atmósfera en nutrientes para los productores primarios del océano, contribuye también en la exportación y secuestro de carbono en el lecho marino.
Los resultados del trabajo suponen un gran cambio de paradigma, pues hasta ahora se sabía que estos microorganismos reciclaban el dióxido de carbono captado de la atmósfera, pero no que también se lo llevaban con ellos a las profundidades cuando se mueren y se hunden.
Este proceso se conoce como bomba biológica de carbono, y hasta ahora lo atribuíamos fundamentalmente al fitoplancton, que convierte el dióxido de carbono en materia orgánica durante la fotosíntesis. Cuando muere, esta se hunde con él, almacenando en el lecho marino aproximadamente el doble de carbono del que se encuentra actualmente en la atmósfera, detalló el investigador Francisco Cornejo.
Resultados
Según los investigadores, los resultados del estudio tienen importantes implicaciones para la ciencia, pues actualmente los modelos biogeoquímicos globales, es decir, las herramientas que se utilizan para hacer predicciones sobre la evolución y los flujos de carbono en el planeta, no tienen en cuenta la contribución directa de los diazótrofos en este proceso.
Nuestros resultados nos proporcionan una idea más exacta de los flujos de carbono en el océano. Esto es algo relevante en un momento en el que los modelos climáticos predicen una expansión de las zonas pobres en nitrógeno, justo donde los diazótrofos pueden sobrevivir, remarcó Sophie Bonnet, líder del estudio.
Para hacer la investigación, recogieron cientos de muestras con trampas de sedimento instaladas a distintas profundidades durante una campaña en el Pacífico sur que posteriormente analizaron mediante técnicas de microscopía, secuenciación y cuantificación de ADN.
Así vieron que las partículas que se hunden desde la superficie hasta el fondo del océano, además de organismos del fitoplancton, contienen una gran cantidad y diversidad de estos diazótrofos y pudieron cuantificar, por vez primera, el papel de estos microorganismos en la bomba biológica de carbono a nivel global.
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