Barcelona (España), oct (EFE).- El COVID-19 es una enfermedad estacional y su transmisión está asociada a temperaturas y humedad bajas, como ocurre con la gripe y otros resfriados causados por coronavirus, según un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).
El estudio, que publica la revista Nature Computational Science, también destaca la considerable contribución de la transmisión por aerosoles y la necesidad de adoptar medidas que promuevan la higiene del aire.
Inicialmente, los científicos descartaron que el SARS-CoV-2 se comportara como un virus estacional similar al de la gripe porque parecía que se transmitía con la misma intensidad a lo largo del año.
Un primer estudio con modelos teóricos sugirió que el clima no era un factor importante, dado el gran número de personas susceptibles sin inmunidad previa contra el virus.
Sin embargo, algunas observaciones sugerían que la propagación inicial del virus en China ocurrió en una latitud entre 30 y 50 grados norte, con bajos niveles de humedad y temperaturas frías, de entre 5ºC y 11ºC.
La cuestión de si el COVID-19 es una enfermedad realmente estacional se vuelve cada vez más importante para implementar intervenciones efectivas, señaló el director del programa de Clima y Salud de ISGlobal y coordinador del estudio, Xavier Rodó.
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Temperatura y humedad
En declaraciones a Efe, recordó que el ISGlobal desarrolló uno de los dos únicos modelos computacionales predictivos que se han aplicado en muchos países, con resultados muy positivos en la mayoría de ellos.
Los investigadores del ISGlobal, centro impulsado por la Fundación La Caixa, han analizado la asociación de temperatura y humedad en la fase inicial de la propagación del virus en 162 países, establecieron una correlación con la tasa de transmisión del SARS-CoV-2 y han comprobado que las mayores tasas de transmisión se asocian con temperaturas y humedad más bajas.
También analizaron la evolución de esta asociación entre clima y enfermedad a lo largo del tiempo, y si era consistente a diferentes escalas geográficas usando un método estadístico diseñado específicamente para identificar patrones de variación parecidos, es decir, una herramienta de reconocimiento de patrones en diferentes ventanas de tiempo.
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Datos
Estos datos, con patrones consistentes durante la primera, segunda y tercera olas de la pandemia y referentes a países y regiones muy afectadas por el virus, como Lombardía (Italia), Turingia (Alemania), Cataluña (España), e incluso a nivel de ciudades, como Barcelona.
Así, han comprobado que las primeras olas pandémicas menguaron al aumentar la temperatura y la humedad, y que la segunda ola aumentó al disminuir la temperatura y la humedad.
Sin embargo, este patrón se rompió durante el verano en todos los continentes.
Esto podría deberse a varios factores, incluyendo concentraciones masivas de personas jóvenes, turismo y aire acondicionado, entre otros, justificó el investigador del ISGlobal Alejandro Fontal.
Cuando estudiaron las correlaciones con el clima en los países del hemisferio sur, adonde el virus llegó más tarde, observaron la misma pauta de comportamiento.
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