Redacción Ciencia, 14 mar (EFE).- La contaminación atmosférica dificulta la comunicación sexual de las moscas, según un estudio que constata que los altos niveles de ozono destruyen la señal química de apareamiento de estos y otros insectos, lo que puede contribuir a su declive global.
Los altos niveles de ozono no solo son perjudiciales para la salud humana, advierten los investigadores responsables de este trabajo, del Instituto Max Planck de Ecología Química.
El estilo de vida actual de las naciones industrializadas tiene un costo muy elevado para el medio ambiente y el clima, y muchos efectos indirectos ni siquiera se conocen, explicaron.
Disminución en población
El estudio actual, que se publica en la revista Nature Communications, aporta una explicación adicional de por qué las poblaciones de insectos están disminuyendo drásticamente en todo el mundo.
La comunicación sexual de estos animales depende en gran medida de las feromonas. Estas son atrayentes químicos que permiten específicamente a machos y a hembras de una especie aparearse. Los machos y las hembras solo se encuentran a través del inconfundible olor de sus congéneres.
La mayoría de las feromonas de los insectos son moléculas olorosas que contienen dobles enlaces carbono-carbono y se sabe que el ozono los destruye fácilmente.
Los científicos ya sabían que contaminantes ambientales como el ozono y el óxido nítrico degradan los olores florales. Las sustancias hacen que estas sean menos atractivas para sus polinizadores.
Detalles de investigación
Para su trabajo, el equipo del Max Planck escogió como modelo la mosca del vinagre, Drosophila melanogaster.
En los experimentos los machos fueron expuestos a concentraciones de ozono ligeramente elevadas. Posteriormente, se constató que los niveles de feromona disminuyeron significativamente en comparación al grupo control, expuesto solo al aire ambiente.
Los investigadores también comprobaron el atractivo de las moscas macho para sus congéneres; se sabe que mientras sus feromonas atraen a las hembras, repelen a otros machos.
Y es que, durante el apareamiento, los machos transfieren estas sustancias químicas a las hembras. Por ello, las hembras recién apareadas dejan de ser atractivas para otros machos durante las horas siguientes.
Sin embargo, los investigadores vieron que los niveles elevados de ozono no solo provocaron que las hembras se sintieran menos atraídas por los machos, sino que los machos ozonizados resultaron repentinamente interesantes para sus congéneres masculinos.
La mayoría de las feromonas de insectos contienen dobles enlaces carbono-carbono. Por eso se cree que el ozono interfiere en la comunicación sexual de muchas especies de insectos.
Es poco probable que los sistemas de comunicación de los insectos sean capaces de adaptarse a las nuevas condiciones en poco tiempo si las feromonas dejan de existir de repente, afirma un investigador, para quien la única solución a este dilema es reducir inmediatamente los contaminantes de la atmósfera.
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lc/ir