San Vicente (Panamá), ago (EFE).- Panamá y Colombia acordaron aplicar un plan de flujo controlado de miles de migrantes en tránsito hacia EE. UU. debido a que están generando una crisis humanitaria en la frontera común. Además, se acordó trabajar para judicializar a los traficantes de personas que lucran con este fenómeno.
Tras una reunión de alto nivel en la localidad panameña de San Vicente, provincia del Darién, la canciller panameña, Erika Mouynes, y su colega y vicepresidenta colombiana, Marta Lucía Ramírez, insistieron en la necesidad de que los países de origen, tránsito y destino de estos migrantes, en su mayoría haitianos que están saliendo de Chile, se involucren para dar una solución coordinada que evite crisis humanitarias o sanitarias.
🇨🇴🤝🇵🇦 | Tras importante reunión con Canciller de Panamá, Érika Mouynes, acordamos trabajar con @AmeripolOrg, @INTERPOL_HQ, inteligencia y autoridades de Colombia y Panamá para judicializar a todos los responsables del negocio infame del #TráficoDeMigrantes en nuestra frontera.👇🏻 pic.twitter.com/zaG6d78oK0
— Marta Lucía Ramírez (@mluciaramirez) August 6, 2021
Migración en cifras
Al menos 10 mil migrantes en tránsito están represados en la localidad colombiana de Necoclí y el próximo lunes las autoridades de ambos países se reunirán para definir cuántos podrán cruzar hacia Panamá cada día y por cuál vía, según se anunció.
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Paso seguro
Panamá y Colombia recordaron la necesidad de coordinar el paso seguro de los miles de migrantes que están en territorio colombiano a la espera de cruzar hacia el país centroamericano a través de la peligrosa selva del Darién, en su ruta hacia Norteamérica, dijo la canciller panameña, Erika Mouynes.
Unos 9 mil migrantes irregulares permanecen varados desde hace más de una semana en el municipio colombiano de Necolí, desde donde pretenden llegar en bote a otras zonas costeras para poder adentrarse en el tapón del Darién y llegar a Panamá.
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