San José, jun (EFE).- Los flujos de inversión extranjera directa disminuyeron o se estancaron en la mayor parte de los países de Centroamérica en los últimos años y eso ha sido más evidenciado durante la pandemia del COVID-19, ante lo que la región enfrenta el reto de mejorar su oferta de atracción de inversiones, indica un informe del Programa Estado de la Región.
El coordinador del Informe Estado de la Región, Alberto Mora, explicó en entrevista que desde antes de la pandemia era evidente que las economías de la región tenían poco nivel de sofisticación y de productividad, lo que no favoreció para enfrentar los retos asociados a la crisis sanitaria.
La inversión se da mucho de la mano de las políticas de fomento productivo y de atracción de inversión que los países decidan promover y esto tiene que ver con el tipo de estrategia productiva y de desarrollo que los países decidan implementar. Entonces en una coyuntura, por un lado, con una fuerte contracción económica producto de la pandemia creo que es una oportunidad para repensar e incluso explorar qué actividades podríamos incursionar como cadena regional de valor, dijo Mora.
Retos
El experto manifestó que entre los retos de la región se encuentran elevar el nivel educativo de la fuerza de trabajo para responder mejor ante la cuarta revolución industrial, así como tomar nuevas apuestas productivas con valor agregado, y al mismo tiempo tomar en cuenta el envejecimiento de la población para el impulso de la actividad económica.
La inversión extranjera directa en Centroamérica junto con las remesas, el turismo y las exportaciones, son como un fuerte motor del desempeño económico, porque nuestras economías y los mercados internos de cada uno de los países son relativamente pequeños. Estos factores externos hacen que afecte la demanda, destacó Mora.
Datos del informe indican que los flujos de inversión extranjera directa disminuyeron o se estancaron en la mayor parte de los países de Centroamérica en 2020. Sin embargo, desde el 2018 se puede evidenciar que los países centroamericanos han tenido una tendencia a decaer, situación que fue acentuada durante la pandemia del COVID-19.
Países
Costa Rica pasó de una inversión equivalente al 4,56 por ciento del PIB en 2018, a un del 4.06 por ciento del PIB en 2019, Panamá también tuvo una leve caída de 9.13 por ciento a 9.08 por ciento , mientras que Honduras tuvo un descenso de 6 por ciento a 3.81 por ciento , al igual que Nicaragua de 6.41 por ciento a 4.02 por ciento, en ese mismo periodo.
En el caso de Guatemala, subió ligeramente de 1.26 por ciento a 1.28 por ciento, mientras que El Salvador fue el único país de la región que reportó un aumento significativo de 1.58 por ciento en 2018 a 2.68 por ciento en 2019.
Mora destacó que en el caso de Panamá, ha habido durante la pandemia una contracción debido a las características de su oferta como lo es la logística, servicios asociados al comercio y al canal.
Otros países ya tenían un deterioro, como Nicaragua, con una coyuntura sociopolítica que se agudizó con una afectación económica y en términos sociales en materia de empleo.
El Salvador por su parte, tiene una situación particular junto con Honduras, ya que las remesas tuvieron un aumento importante durante este periodo lo que mitigó efectos más fuertes.
Menos afectación
Por su parte, Guatemala, que representa una tercera parte del PIB regional, y que tiene un peso importante en producción de alimentos, durante la crisis sanitaria tuvo un incremento en la demanda, por lo cual el nivel de afectación es de menor magnitud.
En el caso de Costa Rica, además de la contracción de la inversión extranjera directa, la caída del turismo ha tenido un efecto multiplicador hacia otros sectores.
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