Barcelona (España), 30 ago (EFE).- No solo sedentarismo, colesterol e hipertensión atacan al corazón, también el clima extremo, fumar y no dormir bien propician enfermedades coronarias. Esto se determinó en tres estudios que se presentaron en el Congreso Europeo de Cardiología (ESC-2022), en Barcelona, España.
El primer estudio, presentado por el cardiólogo del Instituto Nacional de Salud y Medicina de Francia, Aboubakari Nambiema, ha demostrado que quienes duermen mejor tienen un menor riesgo de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular, aunque 9 de cada 10 personas no duermen bien.
La importancia de la calidad y cantidad del sueño para la salud del corazón debe enseñarse temprano en la vida, cuando se establecen comportamientos saludables. Minimizar el ruido nocturno y el estrés en el trabajo ayudan a mejorar el sueño, explicó el cardiólogo.
El estudio ha utilizado una puntuación de sueño saludable combinando cinco hábitos de sueño para estudiar los casos de 7 mil 200 voluntarios, hombres y mujeres, de entre 50 y 75 años y libres de enfermedades cardiovasculares, reclutados entre 2008 y 2011.
Los participantes se sometieron a un examen físico y cuestionarios sobre estilo de vida, historial médico personal y familiar y hábitos de sueño.
Los que más puntuación obtuvieron dormían de 7 a 8 horas por la noche, nunca o rara vez tenían insomnio, sin somnolencia diurna, ausencia de apneas y eran madrugadores.
Luego, los investigadores verificaron incidentes de enfermedad coronaria en los participantes cada dos años durante una década.
Al inicio del estudio, el 10 % de los participantes tenía una puntuación de sueño óptima y el 8 % tenía una puntuación deficiente, y durante un seguimiento medio de ocho años, 274 participantes desarrollaron una enfermedad coronaria o accidente cerebrovascular.
Fumar ataca al corazón
Otro estudio presentado en el congreso ha confirmado que fumar e inhalar humo empeoran el impacto de los ataques cardíacos. Además, que el riesgo de muerte o mal pronóstico tras un infarto es 20 veces mayor en fumadores con niveles de monóxido de carbono exhalado superiores a 13 ppm (partes por millón).
Durante abril de 2021, los investigadores midieron el monóxido de carbono expirado en mil 379 adultos hospitalizados por problemas cardíacos agudos en 39 unidades de cuidados intensivos de Francia. Un 33 % eran no fumadores, un 39 % exfumadores y un 27 % fumadores activos.
El nivel de monóxido de carbono fue similar en no fumadores y exfumadores (3.6 y 3.3 ppm, respectivamente) y significativamente mayor en fumadores activos (9.9 ppm de media).
Los investigadores comprobaron que por cada ppm de aumento del carbono monóxido hubo un 14% más de probabilidades de un evento cardíaco en los pacientes e identificaron 13 ppm como el umbral para predecir un peor pronóstico.
Las probabilidades de un problema cardíaco importante fue 23 veces mayor en fumadores con un nivel de monóxido de carbono superior a 13 ppm.
Cambio climático
Un tercer estudio presentado en el congreso ha demostrado que el cambio climático también tiene consecuencias para el corazón, tras analizar datos de casi 2.3 millones de europeos en los que han visto que tanto el clima cálido como el frío se relacionan con un exceso de muertes por enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares si padecen afecciones cardíacas.
El autor del estudio, Stefan Agewall, de la Universidad de Oslo (Noruega), ha recordado que durante el verano de 2003 hubo un exceso de 70 mil muertes en Europa por las olas de calor, aunque el clima frío también causa exceso de muertes y hospitalizaciones.
El análisis incluyó a 2.28 millones de adultos de cohortes de Italia, Alemania, Reino Unido, Noruega y Suecia entre 1994 y 2010, con edades de entre 49 y 72 años.
Los investigadores registraron las enfermedades cardiovasculares de los participantes, contaron registros de defunciones e hicieron encuestas de seguimiento que cruzaron con datos de temperatura de estaciones meteorológicas locales.
Así encontraron mayores riesgos de muerte por enfermedad cardiovascular en general y cardiopatía isquémica en particular, asociada con clima frío: un 19 % más casos si la temperatura caía de 10 a -5 grados Celsius.
El estudio también ha constatado que un aumento de la temperatura eleva un 25 % el riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular o ictus en personas con enfermedades cardíacas.
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