Ciudad de Guatemala, 27 ago (AGN).– Más de 36 mil jóvenes en todo el país trabajan en la transformación de sus comunidades gracias al acompañamiento del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA). A través del Sistema Nacional de Extensión Rural (SNER), los centros de aprendizaje para el desarrollo rural (Cader) se han convertido en espacios de formación y acción comunitaria.
El programa cuenta con la participación de 36 mil 356 jóvenes que, de manera directa, contribuyen al desarrollo agrícola y social en sus municipios. Su labor incluye acompañar a los agricultores en la aplicación de técnicas innovadoras y en el fortalecimiento de la producción.
Los temas en los que los jóvenes se capacitan abarcan desde la producción avícola y porcina, mejoras en cultivos, conservación de recursos naturales, hasta la promoción de la organización comunitaria. La idea es que los aprendizajes adquiridos no solo se queden en la teoría, sino que se apliquen en beneficio de sus comunidades.
#MAGAcciones | Mediante el componente Juventud Rural del Sistema Nacional de Extensión Rural, más de 30 mil jóvenes apoyan a productores en temas agropecuarios, fomentan la asociatividad y promueven el buen uso de los recursos naturales.#ElPuebloDignoEsPrimero pic.twitter.com/reIEgC8xoe
— MAGA Guatemala (@MagaGuatemala) August 26, 2025
Metodología Campesino a Campesino
La formación se sustenta en un modelo de aprendizaje participativo, en el cual los jóvenes transmiten experiencias y conocimientos entre sí. Esta metodología, conocida como aprender haciendo, permite que los participantes repliquen prácticas productivas y sostenibles en sus comunidades, generando un efecto multiplicador.
Durante el período de enero a agosto de 2025, la iniciativa de Juventud Rural ha tenido un papel protagónico. Este componente integra a miles de jóvenes en actividades que buscan fortalecer sus habilidades y fomentar la innovación en el ámbito agrícola.
La incorporación de los jóvenes en procesos de extensión rural no solo fortalece el sector agropecuario, sino que también se traduce en beneficios económicos para las familias rurales. Con sus aportes, se mejora la productividad, se generan oportunidades de organización comunitaria y se impulsa el desarrollo local.
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