Ciudad de Guatemala, 12 ago. (AGN).- El ministro de Gobernación, Francisco Jiménez, brindó declaraciones la mañana de este martes en una entrevista en Emisoras Unidas, en la que detalló el origen de los disturbios registrados en distintos centros penitenciarios.
Según el funcionario, la tensión surgió a raíz de una requisa que se desarrolló el pasado 5 de agosto en el centro carcelario Renovación 1, en Escuintla.
Durante ese operativo, las autoridades incautaron la cantidad de 192 mil quetzales a alias El Diabólico, identificado como líder máximo de la estructura criminal Mara Salvatrucha.
Investigaciones apuntan a que ese dinero sería utilizado para sobornar a custodios, ejercer control sobre otros reclusos y reorganizar actividades ilícitas desde el interior del Sistema Penitenciario.
Al pueblo de guatemala le informo:
Hoy, las pandillas han dado un paso más en su desesperación.
Coordinaron motines en el Sector 11 del Preventivo de la zona 18 y en Fraijanes 2. Exigen al Estado de Guatemala que sus máximos líderes regresen de #Renovación1 a las cárceles donde… pic.twitter.com/Ih5sKjGyFG
— Francisco Jiménez (@FJimenezmingob) August 12, 2025
Medidas estrictas para retomar el control
Jiménez explicó que durante el fin de semana se implementaron acciones drásticas para recuperar el orden en el centro de detención.
Entre las medidas adoptadas está la verificación y separación de los cabecillas de pandillas, quienes ahora permanecen en celdas individuales y bajo vigilancia externa permanente por parte de unidades especiales de la Policía Nacional Civil (PNC) y de la Guardia Penitenciaria.
En el caso del Diabólico, se hizo cumplir el reglamento interno, obligándolo a portar el uniforme de recluso, pese a su negativa inicial. Asimismo, las visitas fueron restringidas y se prohibió el ingreso de encomiendas, con el objetivo de limitar cualquier flujo de objetos o mensajes que pudieran favorecer las operaciones ilícitas.
Coordinación de motines en dos cárceles
El ministro relató que las acciones de control provocaron una reacción inmediata por parte de pandilleros recluidos en la prisión preventiva de la zona 18 y en la cárcel Fraijanes 2.
Estos reclusos habrían coordinado motines con el fin de exigir el retorno de sus líderes trasladados a Renovación 1 el pasado 31 de julio.
Aunque las autoridades aseguran que los cabecillas actualmente no tienen comunicación directa con el resto de privados de libertad, Jiménez reconoció que las pandillas mantienen códigos y estrategias para actuar incluso en ausencia de sus líderes.
La crisis escaló al punto de que se mantenía el reporte de seis guardias penitenciarios y el director de uno de los centros retenidos como rehenes por los internos amotinados. Las autoridades continúan las labores de negociación y control para salvaguardar la integridad del personal y restablecer la normalidad en las cárceles afectadas.
El ministro enfatizó que el Gobierno mantendrá su postura firme frente a las estructuras criminales que operan dentro del Sistema Penitenciario:
No vamos a retroceder en las medidas adoptadas para garantizar que los centros de privación de libertad cumplan su verdadera función y no se conviertan en centros de operaciones criminales.
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