Ciudad de Guatemala, 22 ago (AGN).- Un fuerte operativo desplegado por la Policía Nacional Civil (PNC) y fiscales del Ministerio Público (MP) se llevó a cabo en el centro penitenciario Fraijanes II. La acción tuvo como objetivo una requisa enfocada en combatir el delito de extorsión.
Dicho delito siegue siendo uno de los mayores flagelos en Guatemala.
Agentes de la División Especializada en Investigación Criminal (DEIC) junto a la Fiscalía contra el Delito de Extorsión realizan el operativo con el propósito de recolectar evidencias que puedan reforzar investigaciones en curso sobre redes de extorsión. Las autoridades hicieron énfasis en que la requisa no se limitó a una simple revisión de las celdas, sino que abarcó una inspección detallada de todo el penal, buscando cualquier indicio de actividad criminal.
Los resultados completos de esta operación aún no han sido divulgados, pero se espera que en las próximas horas las autoridades brinden un informe detallado de la requisa. Las autoridades mantienen la expectativa de que estos hallazgos proporcionen pistas clave para desmantelar organizaciones delictivas que operan desde el las cárceles.
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✅️ Combate contundente contra las extorsiones continúa: MP dirige requisa en centro carcelario de Fraijanes II pic.twitter.com/2m564OrTX2— MP de Guatemala (@MPguatemala) August 22, 2024
Requisas continuas y sus resultados
El operativo en Fraijanes II es solo una de las muchas acciones que las autoridades han llevado a cabo este año en su lucha contra la extorsión. Durante 2024 se han efectuado más de cien requisas en diferentes centros carcelarios del país, las cuales resultaron en la incautación de una cantidad significativa de objetos prohibidos, entre ellos, celulares, armas blancas y drogas. Estos elementos, que en teoría deberían estar completamente fuera del alcance de los reclusos, se han convertido en privilegios dentro del sistema penitenciario.
El decomiso de estos objetos no solo representa una medida preventiva, sino que también ha servido para frenar temporalmente las actividades delictivas que se gestan desde el interior de las prisiones. Los funcionarios encargados de la seguridad penitenciaria señalan que estas requisas son esenciales para reducir la capacidad operativa de los grupos criminales.
La extorsión, un problema que persiste
La extorsión sigue siendo uno de los principales problemas de seguridad en Guatemala. Las autoridades han enfocado sus esfuerzos en combatir este delito, dado que las redes de extorsionistas operan con una estructura organizada y continúan generando temor entre la población, principalmente en comercios y pequeñas empresas. Los casos de extorsión afectan tanto a ciudadanos comunes como a empresarios, quienes son víctimas de amenazas y pagos forzados.
Las cárceles, lejos de ser únicamente centros de reclusión, se han convertido en verdaderos centros de operación criminal. Reclusos con acceso ilícito a teléfonos móviles y conexión a internet han encontrado la manera de seguir ejecutando actividades delictivas desde dentro de las instalaciones penitenciarias. Según las autoridades, muchos de estos reclusos emiten órdenes a colaboradores externos para que realicen las extorsiones, mientras que otros lo hacen directamente desde el interior de las celdas.
El problema de la “talacha” en las cárceles
Uno de los fenómenos relacionados con las actividades criminales dentro de las prisiones es la llamada “talacha”. Este término se refiere a las extorsiones que los mismos reclusos imponen a otros presos, obligándolos a pagar sumas de dinero a cambio de protección o beneficios dentro del penal. Aunque las autoridades han intentado frenar esta práctica, sigue siendo un problema que perpetúa la cultura del crimen dentro de las cárceles.
La “talacha” no solo afecta a los reclusos, sino que también es una muestra de la corrupción que puede infiltrarse en el sistema penitenciario. La complicidad entre algunos guardias y los presos más poderosos facilita que estas prácticas se mantengan, generando un ciclo de violencia y coerción que es difícil de romper.
Acciones para desarticular las redes de extorsión
Para hacer frente al problema, las autoridades guatemaltecas han implementado medidas que buscan limitar la capacidad de los reclusos para cometer extorsiones desde las cárceles. Entre estas acciones se incluyen la instalación de bloqueadores de señal en algunos centros penitenciarios, así como la mejora en los controles de ingreso para evitar que teléfonos celulares y otros dispositivos electrónicos lleguen a manos de los reclusos.
La lucha contra la extorsión desde el interior de las cárceles es una tarea compleja que requiere de esfuerzos continuos. Las requisas, como la llevada a cabo en Fraijanes II, son una herramienta valiosa en este combate,
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