Ciudad de Guatemala, 24 may (AGN).- A lo largo de los años, cientos de centros educativos de Guatemala se han encargado de brindar atención académica a millones de guatemaltecos; sin embargo, son pocos los centros que a pesar del tiempo prevalecen gracias a su grandeza y riqueza histórica. Uno de ellos es el Instituto Normal para Varones de Occidente (INVO).
Con más de 150 años de historia, este instituto quetzalteco recibió una restauración luego de años de abandono, que privó al pueblo quetzalteco de tener servicios básicos como la educación.
De esta manera, decenas de estudiantes podrán retomar sus sueño mediante el estudio en este importante establecimiento educativo, que vuelve a ver la luz luego de estar en ruinas en los últimos años.
Remozamiento
Con la presencia del presidente Bernardo Arévalo, la ministra de Educación, Anabella Giracca, el ministro de Comunicaciones, Félix Alvarado y autoridades locales, se hizo entrega de los trabajos de remozamiento del edificio. Un recinto educativo cuna de grandes personajes en la historia de Guatemala, los cuales han dejado huella en nuestro país.
Fundado el 1 de julio de 1872, con más de 150 años de historia en sus paredes, el INVO vio una nueva vida gracias a este remozamiento, el cual permitirá que el centro educativo abra nuevamente sus puertas al público. Luego de diversas catástrofes naturales, las paredes, puertas, techos y pisos se fueron desgastando en gran medida, haciendo que este espacio fuera inutilizable para los estudiantes.
Durante el acto conmemorativo, el presidente Arévalo recordó un poco los inicios de esta institución, que ha cimentado sus raíces nacional:
En Guatemala hay pocas instituciones educativas con raíces tan profundas como el Instituto Normal para Varones de Occidente. El INVO nace junto con el Estado producto de la revolución liberal que se inició aquí en Quetzaltenango.
Historia del INVO
La historia de la arquitectura neoclásica del INVO tiene un trasfondo interesante, ya que gracias a los jesuitas que se asentaron en Guatemala y Quetzaltenango en 1851, la educación recuperó su fuero religioso de tipo neoclásico.
Este grupo fue expulsado del país por orden del General Justo Rufino Barrios, para volver en 1938 en forma definitiva y hacerse cargo de la Iglesia de La Merced. Poco antes de su expulsión ordenada por Barrios, los Jesuitas fundaron en Quetzaltenango el Colegio Seminario de San José de Calasanz y construyeron la Iglesia de San Nicolás en el lugar que hoy ocupa el Parque dedicado a la Madre, contiguo a lo que fuera el Colegio de San José, hoy Instituto Normal para Varones de Occidente, INVO.
En julio de 1872, Justo Rufino Barrios ordenó la nacionalización de los bienes de los jesuitas, con lo que el antiguo edificio del Colegio de San José de Calasanz pasó a ser en definitiva el Instituto Nacional, y más tarde Instituto Nacional para Varones de Occidente, INVO. El primer director del Instituto fue el cubano Anselmo Valdés, quien al igual que José Martí llegaron al país invitados por el gobernante Miguel García Granados.
Personalidades
Con el paso del tiempo, el INVO ha sido el semillero de grandes personalidades, incluidos tres presidentes del país:
- José María Reina Barrios (1892-1898)
- Manuel Estrada Cabrera (1898-1920)
- Jacobo Árbenz Guzmán (1951-1954)
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