Redacción Central, 15 nov (EFE).- La teoría predominante sobre la formación de los planetas es que surgen cuando su estrella alcanza su tamaño final, pero un nuevo estudio aporta pruebas sobre que ambos crecen a la vez.
Para llegar a esta conclusión, un equipo encabezado por la Universidad de Cambridge analizó un tipo de estrellas enanas blancas a las que se refieren como contaminadas.
La investigación cambia lo que se sabe sobre cuándo se forman lo sistemas planetarios, lo que podría resolver uno de los mayores misterios de la astronomía.
Actualmente, la ciencia tiene una idea bastante clara de cómo se forman los planetas, pero no tanto de cuándo: si lo hacen cuando su estrella madre aún está creciendo o millones de años más tarde.
Una cuestión a la que ha tratado de dar respuesta el equipo encabezado por Amy Bonsor, del Instituto de Astronomía de Cambridge, estudiando las atmósferas de las estrellas enanas blancas para investigar los componentes básicos de la formación de planetas.
Investigación
Normalmente, el interior de los planetas está fuera del alcance de los telescopios, pero una clase especial de enanas blancas, conocidas como sistemas contaminados, tienen elementos pesados como magnesio, hierro y calcio en sus atmósferas normalmente limpias.
Estos elementos deben proceder de pequeños cuerpos, como asteroides, sobrantes de la formación de los planetas, que se estrellaron contra las enanas blancas y se quemaron en sus atmósferas.
Se cree que la formación de los planetas comienza en un disco protoplanetario, compuesto principalmente por hidrógeno, helio y pequeñas partículas de hielo y polvo y que orbita alrededor de una estrella joven.
Las partículas de polvo se adhieren unas a otras, formando finalmente cuerpos sólidos cada vez más grandes, algunos de los cuales seguirán acumulándose hasta convertirse en planetas, y otros permanecerán como asteroides, como los que chocaron con las enanas blancas estudiadas.
Los investigadores analizaron las observaciones espectroscópicas de las atmósferas de 200 enanas blancas contaminadas procedentes de galaxias cercanas.
El análisis indica que la mezcla de elementos que se observa en sus atmósferas solo puede explicarse si muchos de los asteroides originales se fundieron alguna vez, lo que provocó que el hierro pesado se hundiera en el núcleo mientras los elementos más ligeros flotaban en la superficie.
Si estos asteroides fueron fundidos por algo que solo existe durante un tiempo muy breve en los albores del sistema planetario, entonces el proceso de formación de planetas debe iniciarse muy rápidamente.
Cada vez que se halla una nueva enana blanca, se pueden reunir más pruebas y aprender más sobre cómo se forman los planetas, rastreando elementos como el níquel y el cromo, y decir qué tamaño debía tener un asteroide cuando se formó su núcleo de hierro.
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