Redacción Ciencia, 29 oct (EFE).- Las olas de calor provocadas por el cambio climático no serán un problema del futuro, lo son ya: solo entre 1992 y 2013, el calor extremo ha causado pérdidas de más de 16 billones de euros a la economía mundial.
Además, según un estudio liderado por la Universidad de Dartmouth y publicado en la revista Science Advances, los países más pobres y con menores emisiones de carbono han sido los que más han sufrido las consecuencias de estos fenómenos extremos.
El estudio, que es uno de los primeros en examinar específicamente cuánto afectan las olas de calor a la producción económica, concluye que hasta ahora, los costos del cambio climático se han infravalorado por completo.
Human-caused increases in heat waves have reduced economic output in the world’s poorest tropical regions, according to a new modeling analysis. https://t.co/JaChZgxxtC pic.twitter.com/s93iQ1xUWY
— Science Advances (@ScienceAdvances) October 28, 2022
Datos económicos
Para hacer los cálculos, el equipo combinó datos económicos de regiones de todo el mundo con la temperatura media de los cinco días más calurosos del año en cada región.
Descubrieron que, entre 1992 y 2013, las olas de calor coincidieron estadísticamente con variaciones en la economía, en las que, por efecto de las altas temperaturas en la salud humana, la productividad y la producción agrícola, se perdieron más de 16 billones de euros.
A la vista de estos datos, los autores reclaman medidas inmediatas que protejan a la población en los episodios de calor, especialmente en las naciones más cálidas y económicamente vulnerables del mundo.
Además, el precio de esas medidas de adaptación no debería evaluarse sólo por su precio, sino en relación con el costo de no hacer nada. Nuestra investigación ya ha demostrado cuál es el precio de no hacer nada, advierte Christopher Callahan, autor principal del estudio e investigador en Dartmouth.
El estudio también denuncia que los costos económicos del calor extremo han sido y serán soportados de forma desproporcionada por los países pobres que, además, son los que menos han contribuido al calentamiento global.
Según sus datos, mientras que las pérdidas económicas debidas a los episodios de calor extremo suponían una media del 1.5 % del producto interior bruto (PIB) per cápita en las regiones más ricas del mundo, las regiones de bajos ingresos perdían el 6.7 % del PIB per cápita.
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