Redacción Ciencia, 11 oct (EFE).- El cambio climático y la deforestación están empujando a especies de primates que viven en los árboles a pasar más tiempo en el suelo, donde corren más riesgo por la falta de alimentos y la pérdida de refugio. Así lo estableció un estudio que publicó la revista Pnas.
Una colaboración internacional de 118 científicos estudió 32 especies de monos y 15 de lémures en 68 lugares de América y Madagascar a través de 150 mil horas de datos para identificar rasgos en estas especies típicamente arborícolas que se asocian a un mayor tiempo de permanencia en el suelo.
El equipo estima que los efectos antropogénicos actuales pueden producir condiciones análogas a las de transiciones evolutivas pasadas, lo que podría llevar a los primates predominantemente arborícolas a utilizar cada vez más los hábitats terrestres.
Aunque las especies examinadas pasaron una media de sólo el 2.5 % de su tiempo cada mes en el suelo, el análisis identificó variaciones tanto entre las especies como dentro de ellas.
Massive #TreePlanting efforts on drylands can actually cause more warming. In PNAS Journal Club: https://t.co/7J3VARDUZJ #ClimateChange #GreatGreenWall #albedo #forests pic.twitter.com/UWg6zzTqrp
— PNASNews (@PNASNews) October 4, 2022
Adaptación de primates
Los primates que consumen menos fruta y viven en grupos sociales grandes son más propensos a descender al suelo, unos rasgos que consideran como una potencial preadaptación a la terrestrialidad.
Los que viven en entornos más calurosos y con menos cobertura de copas eran más propensos a adaptarse a estos cambios mutando hacia un uso más extensivo del suelo.
A medida que el cambio climático empeora y los hábitats arbóreos disminuyen, el estudio sugiere que los primates que consumen una dieta más generalizada y viven en grupos más grandes pueden adaptarse más fácilmente a un estilo de vida terrestre.
Es posible que pasar más tiempo en el suelo pueda amortiguar, para algunos primates, los efectos de la degradación de los bosques y el cambio climático.
Sin embargo, para las especies menos adaptables serán necesarias estrategias de conservación rápidas y eficaces para garantizar su supervivencia.
Especies menos propensas
Las poblaciones de primates más cercanas a las infraestructuras humanas son, por su parte, menos propensas a descender al suelo.
Este hallazgo puede sugerir, según Luca Santini, de la Universidad de la Sapienza de Roma, que la presencia humana, que suele ser una amenaza para los primates, puede interferir en la adaptabilidad natural de las especies al cambio global.
La transición de un estilo de vida arborícola a uno terrestre ya se produjo anteriormente en la evolución de los primates, pero los rápidos cambios actuales suponen una grave amenaza.
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lc/ir