España, 28 sep (EFE).- Una investigación internacional en la que participa el Departamento de Zoología de la Universidad de Granada permitió descubrir el Calliarcys antiquus, una especie de insecto no descrita hasta la fecha, que pertenece al orden de los efemerópteros.
El espécimen fue localizado por Arnold Staniczek, del Museo Estatal de Historia Natural de Stuttgart, en una pieza de ámbar del Báltico. Se estima que el insecto tiene una antigüedad estimada de entre 35 y 47 millones de años.
El trabajo especializado de microtomografía del catedrático de Zoología de la Universidad de Granada, Javier Alba-Tercedor, permitió obtener imágenes nítidas del insecto para su estudio y descripción en detalle.
La UGR colabora en el descubrimiento de un nuevo insecto que quedó atrapado en un trozo de ámbar hace más de 35 millones de años
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— Universidad Granada (@CanalUGR) September 28, 2022
Ámbar
Las plantas como las coníferas se protegen exudando resina, un líquido espeso y pegajoso, como reacción a daños en la corteza.
En esa resina quedan atrapados insectos de manera frecuente. Esto es algo que ocurre desde hace millones de años, lo que ha provocado que muchos de ellos hayan quedado conservados en el interior de la resina fosilizada que se conoce como ámbar.
Según la Universidad de Granada, hay yacimientos de ámbar en diferentes partes del mundo, incluido el norte de España, pero los del Báltico son los más abundantes.
En muchos casos, la conservación de los especímenes dentro del ámbar es excelente y la transparencia del material que los envuelve permite ver a través y estudiarlos al microscopio con total detalle.
Pero en otras ocasiones la transparencia no es buena, al formarse zonas de opacidad que impiden estudiar ciertos detalles. En esos casos, la microtomografía de rayos X resulta de gran valor para estudiar los especímenes fósiles conservados en ámbar.
Cuando Arnold Staniczek, reconocido especialista de efemerópteros, observó la pieza del Báltico, esta era transparente en su totalidad, pero mostraba zonas hialinas rodeando algunas áreas, como el extremo del abdomen, justo donde se sitúa el aparato reproductor masculino, imprescindible para caracterizar y poder distinguir unas especies de otras.
En la unidad de microtomografía del Departamento de Zoología de la Universidad de Granada, Alba-Tercedor reconstruyó la totalidad del insecto, incluidas aquellas zonas que la opacidad del ámbar impedía observar.
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lc/ir