Ciudad de Guatemala, 12 sep (AGN).- No existe ningún retrato fiel de María Dolores Antonia de San Mateo Bedoya y González de Molina, conocida históricamente como Dolores Bedoya o Dolores Bedoya de Molina.
Junto a otras mujeres de su época perteneció al grupo de protagonistas de la independencia política de España en 1821, aunque eclipsó a las demás por su formación cultural y porque era la esposa de Pedro Molina, uno de los ideólogos de la independencia y con quien se casó a los 21 años.
De hecho, cuando se habla del 15 de septiembre de 1821, una de las primeras estampas que viene a la mente es la de doña Dolores incitando al pueblo a reunirse en el Palacio de los Capitanes y alentar la liberación y el nacimiento de una nueva nación.
#Efeméride | Un día como hoy, fallece María Dolores Bedoya de Molina, prócer guatemalteca. pic.twitter.com/pXlzJXkTqf
— Ejército Guatemala (@Ejercito_GT) July 9, 2022
Semblanza
En el arte, Bedoya de Molina (1783-1853) es representada como una mujer alta, delgada y entrada en años, pero en realidad al momento de la independencia tenía 37 años, era delgada y bajita (aproximadamente de un metro con 55 centímetros de estatura).
Una evidencia de ese rasgo es uno de sus elegantes vestidos que se conserva en el Museo Nacional de Historia, en el Centro Histórico capitalino.
En 1949 se develó una escultura de Bedoya de Molina creada por el artista Adalberto de León en la 7a. avenida y 14 calle de la zona 1, en la escuela que lleva el nombre de dicha dama.
Esa obra la representa espigada y de elevada estatura, en actitud desafiante y mirada fija. El vestido de la escultura es el que se conserva en el museo, indica el Cronista de la Ciudad y director del Museo Nacional de Historia, Miguel Álvarez Arévalo.
Álvarez Arévalo dice que Bedoya era una mujer pequeña de estatura, pero grande de carácter, de convicciones firmes y fiel a su familia y principios.
Dolores rompió el paradigma de la mujer destinada para ser ama de casa o la vida conventual, al convertirse en una mujer con poder de decisión, dado a que apoyaba el ideal de independencia, añade Álvarez Arévalo. De hecho, fue una mujer adelantada a su época.
Mujer visionaria
Bedoya de Molina manejaba una pequeña finca llamada Jauja, en Antigua Guatemala, lo cual testimonia su carácter y visión. Su esposo, Pedro Molina, se mantenía en constantes viajes o exiliado por sus ideas políticas.
En ese sentido, ella rompe esquemas y asume roles que en su época se destinaban a los hombres. Su coraje trasciende hasta el punto de implorar por la vida de sus hermanos, quienes se involucraron en los movimientos de independencia y sufrieron en carne propia represión, golpes y cárcel.
Al respecto, ella escribe en una carta dirigida al capitán general José de Bustamante y Guerra: En cuanto al favor que ahora imploro para mis hermanos, en su Majestad declaro estar persuadida que mis hermanos no han tratado de perturbar el orden público.
Dicha misiva es para pedir la libertad de sus hermanos Cayetano y Mariano Bedoya, detenidos en diciembre de 1813 por estar involucrados en las llamadas Juntas de Belén, la fallida conspiración que se gestó en dicho convento y donde la mayoría de participantes fueron arrestados. De hecho, el mismo edificio alberga desde 1875 al Instituto Normal Central para Señoritas Belén.
Dolores sabía de estas juntas secretas y las apoyaba, y el arresto de sus hermanos fue un duro golpe a sus principios libertarios.
#201AñosIndependenciaGT | El Comité Permanente Pro Festejos de la Independencia Nacional tiene a su cargo las actividades oficiales por el 201 aniversario de emancipación política.https://t.co/EHIkEjkOhI
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Tristeza evidente
Bedoya de Molina cumplió 38 años el 21 de septiembre de 1821, seis días después de la independencia. Años más tarde manifestó su tristeza por la desunión entre las provincias.
No podemos olvidar que los Bedoya y los Molina sufrieron persecución política, dijo. Esto muestra su nostalgia por el exilio de su marido y el estigma que pesaba sobre los Bedoya.
Le dolió mucho el divisionismo político y territorial y la pugna entre las nacientes provincias, porque ella fue una ideóloga de la unión centroamericana. De hecho, murió sin haber visto los nuevos intentos de unificación impulsados por la Revolución de 1871.