Berlín, nov (EFE).- Alemania aumentará la presión sobre los no vacunados en el repunte agresivo de COVID-19 y obligará a inmunizarse a los profesionales de los sectores sensibles, en medio del relevo en el poder entre la canciller saliente Angela Merkel y su probable sucesor, Olaf Scholz.
Estamos en una situación muy seria, afirmó Merkel, ante el aumento exponencial de infecciones y tras advertir de que todo ello no sería preciso si la laguna de vacunaciones no fuera tan grande, en alusión a la baja tasa de ciudadanos inmunizados -un 67.7 % tiene la pauta completa-.
Reclamo de medidas
Los Länder reclaman medidas drásticas, afirmó el primer ministro de Renania del Norte-Westfalia, Hendrik Wüst, tras la reunión de los líderes regionales con Merkel y Scholz. Entre ellas, la vacunación obligatoria para profesionales que estén en contacto con personas vulnerables -sean enfermos o ancianos-
Hasta ahora, el Ejecutivo de Merkel había mantenido que la vacuna sería voluntaria. Deberá ahora elaborar un proyecto de ley para que pueda implantarse esta medida, lo que se espera ocurra antes de diciembre.
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Restricciones graduales
Las medidas acordadas en la reunión con los poderes regionales contempla además una serie de restricciones graduales, de implementación a escala territorial pero de acuerdo a parámetros comunes, para quienes no estén vacunados.
La pauta de actuación la marcará la tasa semanal de hospitalizaciones -actualmente, en un 5.1 por 100 mil habitantes-. Si se supera el nivel 3, como ya ocurre en parte del país, implicará que solo vacunados o sanados podrán acceder a bares, restaurantes y otros espacios públicos cerrados.
A partir del nivel 6 se requerirá a éstos que, además, presenten un test negativo y, de cruzarse el umbral del nivel 9, se pasará a medidas drásticas, incluido el cierre de la vida pública.
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