Ciudad de Guatemala, 6 mar (AGN).- Para las personas, el tenis ha sido históricamente uno de los deportes más populares, gracias a los y las grandes tenistas que han exhibido su magia con la raqueta. Guatemala no ha sido la excepción. Andrea Weedon, referente en el siglo XXI, ha dejado su huella en el tenis nacional y ahora busca forjar a las estrellas del mañana.
Tras conquistar numerosas competencias y construir un palmarés que la respalda, Andrea siempre ha tenido clara su misión: ser un ejemplo para que el deporte femenino crezca en Guatemala.
Quiero inspirar a las mujeres a ser mejores cada día. Siempre he dicho que hay que ser un 1 % mejor cada día. Los sueños, muchas veces, se cumplen, pero también se transforman. Nunca te rindas. En el tenis, gana una de cada 60. Es difícil lidiar con la derrota constante, pero cuando llega la victoria, todo el esfuerzo vale la pena.
El tenis como estilo de vida
No cabe duda de que hacer lo que amas es lo mejor que puedes hacer en la vida, porque así nunca lo sentirás como una carga. Andrea ha llevado esta pasión a otro nivel, pues su madre jugaba tenis mientras estaba embarazada, sembrando en ella el amor por este deporte desde la raíz.
Llevo más de 30 años jugando tenis. Empecé a los 5 años porque mis papás jugaban. Mi mamá incluso jugaba cuando estaba embarazada de mí. Desde los 9 años inicié en torneos y me enamoré del tenis.
El amor por el deporte le fue inculcado por su madre, pero también la determinación de luchar por sus sueños. A pesar de los obstáculos iniciales, su deseo de superarse y su fortaleza pudieron más.
Mi mamá me enseñó desde muy pequeña a trabajar duro. Siempre me decía que si perdía, debía hacerle la vida imposible a la que me iba a ganar. Todo lo que soy lo aprendí de ella. Siempre he tratado ser una mujer luchadora, que busca lo que quiere y defiende lo que cree.
Con años de experiencia y vivencias únicas, Andrea busca guiar y ayudar a quienes hoy comienzan en el tenis, para que enfrenten menos dificultades de las que ella tuvo que superar.
Hoy en día, la igualdad ha mejorado, pero antes tuve que abrir puertas. Antes había rankings nacionales femeninos, ahora ya no los hay, quizás porque hay pocas mujeres compitiendo a nivel profesional. No es lo mismo jugar contra hombres, porque existe una diferencia física y genética. Pero esa experiencia me ayudó a transmitirles a las niñas que sí es posible lograrlo, aunque el camino sea difícil.
El papel de la mujer en el deporte guatemalteco
La revolución femenina ha llegado para quedarse. Con grandes actuaciones e historias inspiradoras, las guatemaltecas han tomado un papel protagónico en el deporte y la sociedad. Andrea destaca que el tenis no ha sido la excepción. En los últimos años, las mujeres han ganado más visibilidad y respeto en este deporte.
El rol de la mujer deportista guatemalteca ha crecido muchísimo. Cada vez nos estamos haciendo notar más. En el tenis, en los últimos años, hemos sido una fuerza importante. He visto a Gaby Martínez y a nadadoras sobresalir, y es algo increíble, porque están demostrando que la mujer también puede.
Forjando el futuro del tenis
Actualmente, además de seguir compitiendo Andrea entrena a las jóvenes que en un futuro cercano tomarán las riendas del tenis guatemalteco. Ella comprende que el futuro del tenis femenino está en sus manos.
Siempre les digo a mis alumnas que lo más importante es la intensidad. Adaptar los entrenamientos a cada una es clave. No veo como una limitante entrenar con hombres; desde pequeña me tocó jugar con ellos y eso me hizo mejor. Incluso en dobles mixtos, es donde mejor me ha ido, porque nunca lo vi como una barrera.
Con la confirmación de las sedes para los Juegos Centroamericanos a finales de año, Andrea aguarda con emoción esta cita, pues será un momento especial: sus pupilas podrán verla competir.
Es un sueño para mí que la sede sea en casa. Como entrenadora, mis alumnas nunca me han visto jugar en alto rendimiento, y será increíble que puedan verme en acción.
Andrea Weedon no solo ha sido una atleta excepcional, sino una mujer que ha derribado barreras en el deporte. Su historia es un llamado a todas las mujeres para que crean en su potencial, para que no permitan que los obstáculos dicten sus límites.
A cada niña que sueña con una raqueta en mano, a cada mujer que quiere desafiar el statu quo, Andrea les deja un mensaje claro:
El camino puede ser difícil, pero el esfuerzo y la pasión te llevarán más lejos de lo que imaginas. No te rindas, porque la victoria más grande es demostrarle al mundo que la mujer también puede conquistar la cancha.
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Ja/dm