Ciudad de Guatemala, 29 sep (AGN).- El genio de Miguel Ángel Asturias se revela en el conocimiento profundo de la naturaleza humana. Y ese genio e ingenio se manifiestan en Mulata de Tal, una novela de ambición desmedida, amor y desilusión.
En este Año de Miguel Ángel Asturias (2024-25) recordamos las leyendas y novelas de este genio guatemalteco. Estas reflejan poder político, ambición desmedida, amores no correspondidos y otros sentimientos propios de la naturaleza humana.
Asturias basa Mulata de Tal en la leyenda guatemalteca del hombre que vende su mujer al diablo a cambio de riqueza ilimitada. Esta venta le traerá poder en todos los sentidos, pero las consecuencias serán funestas.
La novela inicia con Celestino Yumí que camina en la feria del pueblo con la bragueta abierta, para pagar el pacto que hizo con Tazol, el diablo de tuzas.
Vemos que el tazol, según el diccionario de americanismos, es la punta de la caña de maíz. Así, el nombre del diablo toma forma de cultivo propio de esta tierra. El tazol es utilizado como forraje para el ganado en Mesoamérica.
No es casualidad que Tazol sea el maligno hecho de tuzas, es decir, hecho de los desperdicios de la caña. Lo interesante del tazol es que arde con mucha facilidad pero su llama es efímera. Por eso en Guatemala y otros países de la región es común el dicho “Es como llamarada de tuzas”, en referencia al poder temporal, los placeres efímeros y otras manifestaciones humanas.
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Placer a manos llenas
Tazol le dice a Yumí que para obtener toda la riqueza también tiene que entregarle a su mujer, Catalina Zabala. Yumí, no quiere porque no está seguro, pero la promesa de riquezas, fama y poder es grande y obedece a Tazol.
Tazol agarra a Catalina, o Niniloj, como Yumí le dice, y le concede a Yumí sus deseos, convertidos en tierras, cosechas y dinero en abundancia.
Yumí tiene dinero, todos lo respetan por su posición y ejerce dominio sobre quien él quiera. Sin embargo, no es feliz, porque le atormenta el remordimiento de haber entregado su mujer al diablo.
En una fiesta religiosa conoce a la Mulata. Ebrio y lujurioso se casa con ella en una ceremonia civil y se la lleva a casa. Ahí, en la cama, Yumí descubre que la Mulata es bisexual y peligrosa.
Tan animal como humana, lo domina y atormenta de manera que Yumí tiene terror de quedarse con ella. Trata entonces de anular el pacto con Tazol, y tiene éxito al recuperar a Catalina, que ha sido convertida en enano por Tazol.
Vemos en esta parte de la novela cómo Asturias representa la naturaleza humana del poder y la ambición como puntos de encuentro con la ruina.
Catalina se venga de Mulata de Tal, quien al principio la miraba como un juguete humano. Catalina intenta deshacerse de ella encerrándola en una cueva, de donde Mulata sale provocando una terrible erupción.
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Atracción por lo desconocido
En Mulata de Tal Asturias pinta perfectamente el amor por la bujería como una forma de poder. Las prácticas de hechicería se repiten en sus cuentos porque reflejan la idiosincrasia de estas tierras. El gusto por lo desconocido se manifiesta en el acercamiento con el mal para conseguir amor, dinero, posesiones y poder.
Aunque los personajes intentan jugarle la vuelta al diablo terminan siendo víctimas de su poder atrayente. Si se repasa la creación de Asturias se verá que en casi todas sus piezas literarias aparecen figuras que representan a la oscuridad. Esto, naturalmente, encaja con nombres ficticios compuestos en la mente brillante del Gran Moyas.
El realismo mágico cobra vida y se convierte en una tendencia, una forma de ver la realidad como a través de espejos, lentes de colores y ventanas abiertas a la imaginación.
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