Ciudad de Guatemala, 22 ago (AGN).– El ministro de Gobernación, Francisco Jiménez, informó a través de sus redes sociales sobre una serie de hechos violentos ocurridos este viernes en los centros carcelarios de El Boquerónn en Cuilapa, Santa Rosa, y Pavoncito, ubicada en Fraijanes.
De acuerdo con el funcionario, grupos de privados de libertad retuvieron a guardias del Sistema Penitenciario (SP) en un intento de presionar al Estado.
Los incidentes, catalogados como secuestros por las autoridades, se atribuyen a integrantes de estructuras pandilleriles que, según el ministro, buscan generar caos y llamar la atención para lograr beneficios que les permitan recuperar el control que han perdido en los últimos meses.
Intento de recuperar poder
Jiménez señaló que estas acciones se originan como una respuesta desesperada de las pandillas, luego de que sus líderes fueran trasladados a la cárcel de alta seguridad Renovación 1, en el departamento de Escuintla, donde se mantienen incomunicados y sin posibilidades de dirigir operaciones criminales desde la prisión.
El titular de la cartera del Interior subrayó que los cabecillas no serán movidos de dicho centro carcelario y permanecerán bajo estrictas medidas de control.
En su mensaje enfatizó:
Los líderes de pandillas continuarán en Renovación 1 y no tendrán capacidad alguna de dirigir a sus estructuras delictivas.
Los secuestros ocurridos hoy en Fraijanes y en El Boquerón, en contra de personal del #SistemaPenitenciario, son intentos desesperados de pandilleros que buscan llamar la atención y presionar al Estado para recuperar a sus líderes recluidos en #Renovación1.
Tanto el… pic.twitter.com/15oBoePhEx
— Francisco Jiménez (@FJimenezmingob) August 22, 2025
Protocolos de seguridad activados
Ante la situación de rehenes, tanto el Sistema Penitenciario como la Policía Nacional Civil (PNC) activaron los protocolos establecidos para atender emergencias de este tipo.
El ministro aseguró que la principal prioridad es salvaguardar la vida de los trabajadores retenidos y restablecer el orden dentro de los centros penitenciarios.
Asimismo, Jiménez reiteró que no se cederá ante las demandas de los grupos criminales, ya que la estrategia del Gobierno busca debilitar el poder de las pandillas desde el interior de las cárceles:
Nuestra misión es proteger a los rehenes y garantizar que los criminales no recuperen privilegios que antes utilizaban para seguir delinquiendo.
Estrategia penitenciaria bajo presión
El Gobierno ha impulsado desde inicios de año una serie de medidas para limitar el control de las pandillas dentro de las prisiones.
Entre estas acciones destaca el traslado de líderes a espacios más seguros, la suspensión de visitas presenciales y el reforzamiento de la vigilancia tecnológica para impedir que los reclusos se comuniquen con el exterior.
Estas decisiones han provocado reacciones de resistencia dentro de las cárceles, como las registradas en Fraijanes, donde los pandilleros intentan mostrar fuerza mediante actos de violencia contra personal penitenciario.
Sin embargo, el Ministerio de Gobernación ha mantenido una postura firme al señalar que la estrategia no se modificará.
El titular de la cartera ha reiterado que el Estado no negociará con pandillas y continuará aplicando medidas que buscan frenar el crimen organizado desde su raíz.
Con estas acciones, la cartera del interior pretende dejar un mensaje claro: las pandillas ya no podrán dirigir sus estructuras delictivas desde las cárceles, y el control de los centros penitenciarios permanecerá bajo manos del Estado.
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