Ciudad de Guatemala, 4 feb (AGN).- La madrugada del 4 de febrero de 1976, los guatemaltecos se vieron sorprendidos por un terremoto de 7,5 grados en la escala de Richter.
Los efectos del movimiento telúrico que ocurrió hace ya 45 años persisten en la memoria de los sobrevivientes y de quienes apoyaron en las labores de rescate.
Según registros oficiales, aproximadamente 23 mil personas fallecieron, 76 mil resultaron heridas y más de un millón fueron damnificadas.
Se calcula también que más de 258 mil casas quedaron destruidas, lo cual provocó que 1,2 millones de personas no tuvieran un lugar donde vivir.
El Gobierno informó en su momento que el movimiento telúrico ocasionó daños y pérdidas en 17 de los 22 departamentos del país. Sin embargo, el mayor impacto se tuvo en la ciudad capital y en las zonas rurales del altiplano central.
¡Buenos Días!
Honrar la memoria de nuestros hermanos guatemaltecos nos motiva para trabajar y construir un país resiliente. pic.twitter.com/hrM8znba9o
— CONRED (@ConredGuatemala) February 4, 2021
Prepararse ante los desastres
Aunque Guatemala es un país altamente sísmico, según las autoridades, desde aquel evento natural no se ha registrado otro con igual impacto.
Empero, la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) busca fortalecer la cultura de prevención en el país. Para ello emite constantemente recomendaciones a la población para reaccionar en caso de temblores. Estas incluyen acciones que se deben ejecutar antes, durante y después de una emergencia de ese tipo.
Además, lanzaron la campaña Conmemoración Terremoto 1976, con el objetivo de crear conciencia sobre la trascendencia de preparase ante eventos generadores de Riesgo, Emergencia o Desastres (RED).
Así, la actividad no solo busca recordar el sismo que enlutó al país entero, sino también resaltar la importancia de reaccionar de forma oportuna y correcta para evitar muertes.
“Recordar nos permite honrar la memoria de nuestros hermanos guatemaltecos, motivando a la población a trabajar y construir una Guatemala resiliente”, destacan autoridades de la Conred.
Los testimonios
Esta entidad recabó los testimonios de varios sobrevivientes, quienes compartieron la forma en que esa experiencia les cambio la vida. Asimismo, cuentan cómo esto los ha motivado a estar preparados ante la posibilidad de un evento similar.
Para Bartolo Archila, el reconocimiento de las rutas de evacuación es trascendental, al momento de visitar cualquier recinto.
En su opinión, este aspecto puede evitar tragedias, principalmente la pérdida de vidas.
Respecto de cómo recuerda la madrugada de aquel 4 de febrero, expresó: “Fue un estruendo que venía debajo de la tierra. Nos queríamos parar y nos íbamos de lado”.
Por su parte, Alejandro Herrera, expresó que dormía plácidamente, después de un día de ardua labor, cuando se vio sorprendido por el movimiento telúrico.
“Empezó a sentirse algo fuera de lo común. Eran enormes sacudidas de tierra y se escuchaban ruidos extraños, que se confundían con susurros o fuertes vientos. Fue algo muy duro de vivir, porque no sabía lo que estaba pasando”, contó.
Entretanto, Cristina Rodríguez, manifestó que la tragedia la hizo reflexionar sobre la importancia de mantener un plan de respuesta. Principalmente, dijo, es necesario establecer un punto en el cual se deben reunir a los familiares en caso de una emergencia.
“A nosotros nos tocó vivir una experiencia muy traumática. En el principio se escuchaban retumbos que venían del suelo y de inmediato se fue la luz. Todo se caía, las puertas se cerraban”, recordó.
También narró cómo su papá hizo esfuerzos para ayudar a su familia a salir de la casa. Esa noche les tocó quedarse en la calle ante la incertidumbre de la réplica de igual magnitud.
Las recomendaciones
En el marco de esta conmemoración, la Conred recuerda la importancia de contar con el plan familiar de respuesta, una mochila de las 72 horas para cada integrante de la familia y un kit de emergencia para animales y mascotas.
Estos aspectos, sumado al seguimiento de instrucciones dictadas por las autoridades locales puede contribuir a evitar tragedias, recalcan las autoridades.
Asimismo, llaman a tomar en cuenta que durante un evento sísmico es fundamental mantener la calma para llevar a cabo de mejor manera las actividades descritas en el plan familiar.
Colocarse en las esquinas de la vivienda, cubrirse la cabeza, sujetarse de una estructura fuerte y alejarse de las ventanas, son otras de las recomendaciones.
Después del movimiento telúrico es importante encender la radio para escuchar reportes de situación e indicaciones de las autoridades. El uso del celular deber considerarse únicamente en caso de emergencia.
Otro acto relevante es mantenerse informado mediante los boletines emitidos por Conred y el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh).
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AGN jm/kg