Ciudad de Guatemala, 11 may. (AGN).– Aunque la educación suele ser la prioridad para muchas familias, hay un aspecto fundamental del desarrollo infantil que a menudo se deja de lado: la recreación. Así lo advierte la Procuraduría General de la Nación (PGN), que recuerda que la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia (Ley PINA) garantiza no solo el acceso a la educación, sino también a la cultura, el deporte y el esparcimiento.
El descuido del derecho a la recreación no es un tema menor. La psicóloga Wendy Dávila, de la Procuraduría de la Niñez y la Adolescencia (PNA), advierte que negar a niños, niñas y adolescentes (NNA) la oportunidad de jugar, explorar o interactuar libremente con su entorno puede tener serias consecuencias. La falta de espacios recreativos adecuados, según explicó, limita la capacidad de los menores para desarrollar habilidades esenciales como la empatía, la resolución de conflictos o la autoestima.
La profesional resaltó que la salud mental de los NNA puede deteriorarse gravemente cuando no se promueve el contacto social y la estimulación emocional. Estamos viendo diagnósticos de ansiedad, depresión y baja autoestima en niños tan pequeños como de cinco años, afirmó con preocupación.
#AccionesPGN La Procuraduría General de la Nación, por medio de la Unidad de Protección de los Derechos de la Mujer, Adulto Mayor y Personas con Discapacidad, participó en la Primera Feria de la Salud dedicada al adulto mayor y su grupo familiar, (…) pic.twitter.com/Efse4wjzJw
— PGN Guatemala (@PGNguatemala) May 7, 2025
Jugar protege, fortalece y educa
No se trata únicamente de entretenimiento. La recreación cumple un papel clave en el bienestar emocional y mental de los niños. Según Dávila, quienes tienen acceso regular a actividades lúdicas y recreativas desarrollan mayor autonomía, mejoran su estado de ánimo y enfrentan con más recursos los desafíos cotidianos. Además, estos espacios ayudan a prevenir abusos, ya que los niños aprenden a expresar sus emociones y a identificar situaciones de riesgo.
Contrario a lo que muchos piensan, estas actividades no exigen grandes inversiones. Desde salir a caminar, compartir juegos en casa o visitar un parque, cualquier actividad sencilla puede marcar una diferencia significativa en la vida de un niño.
A pesar de estos beneficios, en Guatemala aún hay menores que no solo carecen de espacios recreativos, sino que ni siquiera acceden a la educación. Solo en los primeros tres meses del año, la PGN atendió 625 denuncias relacionadas con la vulneración al derecho a la educación. Estos casos reflejan realidades alarmantes en los que los niños, además de no recibir formación académica, presentan retrasos en su desarrollo general.
Los equipos de la PGN han dado seguimiento a cada denuncia y continúan trabajando para garantizar los derechos fundamentales de la niñez guatemalteca, pero el compromiso también debe venir de los hogares.
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