Ciudad de Guatemala, 31 ene (AGN).- El Ejército de Guatemala aporta durante sus labores con la reforestación en varias partes del país. Esta vez contribuyó de una manera diferente, pero muy importante: la reforestación de mangle en zonas alejadas y de difícil acceso.
El Ministerio de la Defensa Nacional compartió con la ciudadanía que, haciendo uso del helicóptero Bell 412 EPX, llevó a cabo la reforestación de mangle en 50 hectáreas en las costas del Pacífico guatemalteco. Este innovador método reduce el costo y tiempo en relación con una reforestación manual en áreas remotas, refirió el Departamento de Prensa del Ejército de Guatemala.
Tras una jornada de recolección de los propágulos en los bosques de mangle del Pacífico guatemalteco, elementos del Ejército esparcieron vía aérea alrededor de 4 mil propágulos por hectárea, con una expectativa de supervivencia del 50 %.
Estas acciones resultan del apoyo del Ejército en un esfuerzo interinstitucional con ayuda de entidades privadas para la recuperación de zonas afectadas por incendios forestales y tala.
Importancia del mangle
El sistema manglar tiene alta importancia para el planeta por sus características que le permiten convertirse en un sistema megadiverso. En este sentido, sus raíces inundadas y sus ramificaciones complejas funcionan como criadero y protección para especies como moluscos y crustáceos, así como hogar de diversos tipos de aves y refugio para reptiles y anfibios. También, ayudan a reducir la erosión de las costas y la velocidad de las corrientes de agua.
Según el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales, Guatemala posee cuatro clases de mangle: rojo, blanco, negro y botoncillo. Se estima que hay al menos 18 mil 840 hectáreas de mangle a nivel nacional, la mayor cantidad en el Pacífico, con 17 mil 670, y mil 170 en el Atlántico, distribuidas en los departamentos de Izabal, Santa Rosa, Escuintla, Jutiapa, San Marcos, Retalhuleu y Suchitepéquez.
De hecho, la importancia biológica de los manglares también reside en su capacidad de absorción de carbono, que es entre seis y ocho veces mayor a la de un bosque.
En Guatemala, el Manchón Guamuchal, Sipacate, Monterrico y Las Lisas forman parte de los espacios marino-costeros protegidos por la presencia del mangle.
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dc/dm