Redacción Ciencia, 26 dic (EFE).- Un equipo de investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) ha desarrollado una cápsula que se puede ingerir y que, al vibrar dentro del estómago, estimula la liberación de las hormonas que crean la sensación de saciedad, lo que ayuda a comer menos.
Cuando comemos, el estómago envía avisos al cerebro que dan una sensación de saciedad, que es la señal de que debemos dejar de comer. El estómago también envía estos mensajes aunque esté lleno de agua, por eso se suele recomendar a quienes estén a dieta que beban un vaso de agua antes de comer.
Aprovechando este mecanismo natural, los ingenieros del MIT han ideado una cápsula que vibra en el estómago. Estas vibraciones activan los mismos receptores de estiramiento que perciben cuando el estómago está distendido, creando una sensación de saciedad.
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Cuando se administró esta píldora en animales 20 minutos antes de comer, el equipo descubrió que estimulaba la liberación de hormonas de la saciedad. También reducía la ingesta de alimentos de los animales en aproximadamente un 40 por ciento.
Si las pruebas y ensayos posteriores demuestran que esta tecnología es segura en humanos, la píldora sería una forma mínimamente invasiva para tratar la obesidad, destacan los autores.
Para alguien que quiere perder peso o controlar su apetito, podría tomarse antes de cada comida.
Explica Shriya Srinivasan, profesor de bioingeniería en la Universidad de Harvard y autor principal del estudio publicado en Science Advances.
Sensación de saciedad
En un estudio con animales, los investigadores demostraron que cuando la píldora vibra, activa los mecanorreceptores, que envían señales al cerebro mediante la estimulación del nervio vago.
También observaron que cuando la píldora se activaba durante unos 20 minutos antes de ofrecer comida a los animales, estos consumían una media de un 40% menos que cuando la píldora no estaba activada.
Además, los animales engordaron más lentamente durante los períodos en que fueron tratados con la píldora vibratoria.
El cambio de comportamiento es profundo, y eso utilizando el sistema endógeno en lugar de cualquier terapéutica exógena.
Afirma Giovanni Traverso, profesor de ingeniería mecánica en el MIT y coautor principal del trabajo.
Versión actual será mejorada
La versión actual vibra durante unos 30 minutos después de llegar al estómago, pero los investigadores planean adaptarla para que permanezca más tiempo. Incluso para que se encienda y apague de forma inalámbrica según la necesidad.
En los estudios con animales, las pastillas pasaron por el tubo digestivo en cuatro o cinco días.
Durante el estudio, los animales no mostraban signos de obstrucción, perforación u otros efectos negativos mientras probaron la píldora.
Los investigadores creen que estas cápsulas podrían ser una alternativa a los métodos actuales de tratamiento de la obesidad, que no siempre funcionan y que son bastante invasivas y caras.
De hecho, estas cápsulas podrían fabricarse a un coste accesible para las personas no actualmente no acceden a opciones de tratamiento más caras.
Los investigadores planean ahora explorar formas de ampliar la fabricación de las cápsulas, lo que podría permitir ensayos clínicos en humanos.
Tales estudios serían importantes para conocer mejor la seguridad de los dispositivos, así como determinar el mejor momento para ingerir la cápsula antes de una comida y la frecuencia con que habría que administrarla. EFE
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dm/agn