Ciudad de Guatemala, 4 jul. (AGN).– Desde hace décadas, los centros penitenciarios como El Infiernito, ubicado en Escuintla, han sido presas y reflejo de la corrupción. Estas instalaciones, que deberían servir para la rehabilitación y reinserción social de los reclusos, se han convertido en focos de criminalidad y extorsión.
Tras su llegada al poder, el presidente Bernardo Arévalo abordó este problema empezando con la extorsión, por las llamadas amenazantes que surgen desde las prisiones. Arévalo ha reiterado en numerosas ocasiones que su administración no tolerará a aquellos que socavan la paz y seguridad de los ciudadanos. En este sentido, desde el Ministerio de Gobernación se ha ejecutado una serie de operativos en el sistema carcelario.
🚨URGENTE🚨
Buen día Guatemala. Les informo que ingresamos con 400 agentes a la Cárcel de “Máxima” Seguridad El Infiernito. Tenemos el control. 👊🏼
Recuperamos las instalaciones que los gobiernos anteriores le cedieron a los criminales.
Operativo #RecuperaciónInfiernito pic.twitter.com/zfauAp94Zq
— Francisco Jiménez (@FJimenezmingob) June 2, 2024
Requisas y hallazgos
Las autoridades han llevado a cabo varias requisas en distintos centros penitenciarios para cortar las comunicaciones, así como una amplia gama de beneficios ilegales y jerárquicos de los reclusos. Estos operativos buscaban dejar a los internos sin acceso a celulares, internet y otros privilegios que facilitaban las actividades extorsivas.
Tan solo en El Infiernito, el 30 de enero de este año, la primera requisa resultó en la confiscación de 2 adaptadores. El 4 de marzo, se encontraron 5 celulares, 12 cargadores y una memoria. El 24 de mayo, se localizaron 2 armas, 68 cartuchos y 4 tolvas. Estos hallazgos fueron el preludio de una operación más grande, efectuada el 2 de junio, cuando las autoridades tomaron el control del penal.
El operativo del 2 de junio representó un esfuerzo significativo para retomar el control de El Infiernito, que había estado bajo el dominio de bandas criminales. Durante esta intervención, se descubrieron cinco caletas que contenían una cantidad considerable de artículos prohibidos.
Entre los objetos incautados se encontraban:
- 62 dispositivos móviles
- 184 mil quetzales
- armas blancas
- cargadores para celulares
- bebidas alcohólicas
- routers
- refrigeradoras
- sistemas de aire acondicionado
- equipos de sonido
Además de los objetos mencionados, las autoridades también encontraron una variedad de animales, lo que refleja el grado de permisividad y corrupción dentro del penal. Entre los animales hallados había:
- dos mapaches (uno de los cuales murió probablemente debido al estrés)
- dos caimanes
- un águila
- dos zorros grises
- un querreque o quebrantahuesos
- animales de granja como gallinas y cabras
- un criadero de tilapias
Un Sistema Penitenciario en crisis
El gobierno actual encontró un sistema carcelario abandonado y desgastado por la corrupción, en el que los reclusos, lejos de centrarse en cumplir su condena, dirigían actividades delictivas desde el interior de las cárceles. En teoría, los centros de detención deben impedir que los privados de libertad continúen cometiendo delitos y deben trabajar en su reinserción social. Sin embargo, en la práctica, estos establecimientos han permitido que la extorsión y otras formas de criminalidad florezcan.
El gobierno de Bernardo Arévalo ha mostrado un firme compromiso con la recuperación y el restablecimiento del control en los centros penitenciarios. Las medidas adoptadas buscan no solo desmantelar las redes de extorsión y criminalidad dentro de las cárceles, sino también reformar el Sistema Penitenciario para que cumpla con sus verdaderas funciones.
La tarea de reformar y limpiar el sistema carcelario no será fácil ni rápida. Sin embargo, las acciones emprendidas hasta ahora indican una determinación por parte del Gobierno de no permitir que los centros de detención sigan siendo centros de criminalidad.
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